El Fuerte San Rafael: ¿cuántos se construyeron?

Por María Elena Izuel

El Fuerte de San Rafael, más conocido como el Fuerte de la Villa 25 de Mayo, fue fundado el 2 de abril de 1805. Pero, ¿fue ese el único fuerte que se fundó o se construyeron varios, ya que las inclemencias del tiempo lo destruían?

Según la hipótesis que manejo, se fundaron al menos dos y un tercero, que fue reconstruido a partir del segundo. ¿En qué me fundamento para decir esto? En los aportes que me brindan los documentos hallados y los descubrimientos de la arqueología, que siempre nos revela verdades.

Yo considero que podemos hablar de tres etapas: el 1º fue el fuerte de la pacificación, el de Teles Meneses, llamado San Rafael del Diamante; el 2º fue el fuerte de la contención, fundado para hacer frente a los ataques de aborígenes posteriores a la primera Campaña al Desierto; y el 3º, el fuerte de la segunda Campaña al Desierto, más conocida como Conquista del Desierto. A estos últimos solo se los llamó San Rafael.

1º: Fuerte de Teles Menezes

Este fuerte fue fundado por el Comandante Teles Menezes en la margen Norte del río Diamante, el 2 de abril de 1805, tras un parlamento efectuado con los aborígenes de la zona, sobre todo las parcialidades que vivían en el campo Campanario, quienes entregaron sus tierras para la construcción y permitieron el paso por sus dominios para ir a Chile, por los pasos descubiertos y por descubrir, ayudando en todo lo que pudieron a los españoles, que se aventuraron a cruzar por los actuales pasos del Planchón y Pehuenche.

Se fundó merced a la gestión realizada por la cacica María Josefa Roco, que viajó expresamente a Buenos Aires a pedirle al virrey Sobremonte —a quien ella había conocido cuando él estuvo en Mendoza, siendo Gobernador Intendente de Córdoba, de la cual dependía Mendoza— que ordenara la fundación de un fuerte para detener la guerra entre sus hermanos. 

Su viaje fue  toda una aventura, considerando que era 1804, marchando a caballo hasta Bs. As., viaje que duró más de un mes, con todos los peligros que en ese momento presentaba el trayecto, como tribus enemigas, animales salvajes y los temidos arenales o tembladerales, ya que debían solo transitar por las rastrilladas, huellas dejadas por los aborígenes cuando conducían ganado. 

Su pedido se basaba en que era necesario para que las tribus Pehuenches y Puelches se pacificaran, ya que estaban en una guerra que los estaba desangrando desde hacía ya cuatro años, y las luchas, pese a los tratados de paz, no acababan.

La orden del Virrey fue fundarlo en las juntas de los ríos Diamante y Atuel, que en el pasado se unían, pero dejaba el sitio a criterio de Teles, que tenía experiencia y conocía bien la región. Tras consultar con los indígenas y con el geógrafo de la expedición, don Josep Sourriere de Souvillac, se encontró un mejor lugar: la barranca norte del río Diamante, donde se plantó el grafómetro y quedó  fundado el fuerte el día 2 de abril de 1805. Las juntas eran un sitio bajo e inundable, hoy conocido como Las Aguaditas.

Se lo construyó con adobones de barro mezclado con paja de trigo, que plantaron para tal efecto, y no tuvo cimientos ya que, como dijo Teles Menezes en un documento, “ese fuerte era provisorio” y no había podido “terminar el definitivo, ya que no se lo habían permitido las incesantes visitas de los aborígenes que venían a firmar la paz y querían que se los agasajara”, y agreguemos también la falta de presupuesto. Del fuerte que debía hacer, de 80 varas, solo se habían construido los cimientos de piedra y estaban a 100 metros del anterior. Lo que no aclara Teles es si estaban ubicados hacia el norte, el este o el oeste; hacia el sur estaba el río. El fuerte de Teles tenía 50 varas por lado. Según mi hipótesis, este fuerte está perdido, puede estar bajo tierra o hace mucho se lo llevó el río.

2º: Fuerte del Comandante Rodríguez

En 1833, la expedición de la derecha comandada por el general Félix Aldao, que regresaba de la primera Campaña al Desierto, descansó en la Plaza de Armas del Fuerte, ubicada frente al “arruinado Fuerte de San Rafael”, en palabras de quien llevaba el diario de la expedición: el coronel Velasco. 

¿Por qué se encontraba así el Fuerte?  Primeramente porque ya San Martín había dicho que el propósito para el que había sido creado, ya se había cumplido: la pacificación de las tribus, y ya no era necesario. Tal es así que por la formación del Ejército de los Andes, prácticamente el fuerte se quedó sin hombres, y nunca se derivó presupuesto para su arreglo, y también porque tras la incursión de los hermanos Pincheira, del fuerte habían huido sus pobladores. Al quedar abandonado, el deterioro fue mayor.

Cuando regresó la expedición de Aldao, el gobernador mendocino Pedro Molina se interesó mucho por el Sur, pues se había dado cuenta de que eran tierras muy valiosas y viajó en varias ocasiones. Viendo la necesidad de construir una nueva fortaleza, dio las órdenes y, cuando todo estaba casi listo, envió un mensaje diciendo que solo se reparara lo que había, porque no se conseguían habitantes, los pobladores de Mendoza no querían  ir a habitar el Sur. El coronel Velasco fue encargado de la obra y comenzó su trabajo de “reedificación”. 

El coronel Velasco posteriormente se enfermó y terminó la obra el coronel Mayorga. Tras leer los documentos y observar las ruinas y los datos que nos brindan los arqueólogos, he llegado a la conclusión de que Velasco en realidad levantó un nuevo fuerte utilizando los materiales que había en la zona. Este fuerte es el que aún se conserva en parte y tiene cimientos, por lo que continuando con mi hipótesis, pienso que utilizó los cimientos construidos por Teles. Si hubiera reconstruido el de Teles, no tendría cimientos, pues lo necesitaban para cobijarse y lo construyeron muy rápidamente. La lógica me dice que era más fácil hacer adobones nuevos que utilizar los viejos que estaban deshechos. 

Una vez iniciada la fortaleza, el general José Félix Aldao nombró como Comandante al capitán don Juan  Antonio Rodríguez, el “Huaso Chileno”, quien en el censo que levantó en 1847, explica que “tiene construido un fuerte de 40 varas por lado, todo tapiado de adobón, con cuatro cubos en las esquinas y los edificios necesarios”.

Los constructores del fuerte contaban con muchas donaciones (puertas, ventanas, muebles, rejas), pues se había realizado una gran colecta en la ciudad de Mendoza, pidiendo a los pobladores la donación de aquellos elementos que sirvieran para una construcción, y había sido muy fructífera.

El comandante Rodríguez lo mantuvo  al fuerte en condiciones, aún a costa de sus magros sueldos. Después de su muerte le sucedieron varios Comandantes.

Este fuerte se construyó con adobones mezclados con coirón, una especie de pasto que existe en la zona. No hay trigo en sus adobes, por lo que vuelvo a repetir, no es el de Teles.

3º: Fuerte de la Conquista del Desierto

Cuando arribó el 1° de Caballería de Línea con su jefe, el coronel Ignacio Segovia, en 1867, se encontraron con el fuerte en ruinas, y en 1869 debieron arreglarlo, dijo Segovia: “… tengo la necesidad de componer el Cuartel que ocupa el Regimiento de mi mando por hallarse completamente deteriorado y amenazando desmoronarse por todas partes a causa de su excesiva vejez, mala construcción y pésimos materiales”. A.H.M.Bs.As. Marzo 1869. 

Se hicieron muchísimos arreglos, incluso levantar cuarteles para que los hombres volvieran a vivir en el fuerte, pues dormían en una casa del pueblo que ya se caía.

Tras la llegada del comandante Salas, este construyó los cuarteles en Cuadro Nacional, por lo que se abandonó el fuerte y fue ocupado un tiempo por la escuela, el Correo y la Policía, hasta que ya no resistía arreglos, por lo que lo abandonaron y con el tiempo se convirtió en un montículo de barro que se veía desde  lejos. En el año 1900 una gran crecida del río Diamante se llevó las tres cuartas partes del fuerte.