
A esa fiesta no vuelvo más
Por Ernesto J. Navarro —¡Por favor!, por favor. Presten atención…
La verdad, casi nadie escuchaba al hombre con el micrófono. Todo aquel conglomerado de personas comía y bebía como si se fuese a acabar el mundo ¿Alguna vez fuiste a una fiesta de periodistas?
Bueno, dos un rasgos comunes: 1) Los periodistas siempre tienen hambre. No importa lo que les sirvan o si la comida está buena o fría o sin sal. Nunca quedan restos en los platos que les sirven a los periodistas; y 2) Los periodistas beben como cosacos.
En una oportunidad, tras la inauguración de un hotel sirvieron a un grupo de periodistas una bandeja de repleta de huevos de codorniz sobre una cama de lechugas. Más tardaron en servirla que en terminarse. Luego de una fugaz lluvia de manos sobre aquel manjar, no quedaron restos ni de la lechuga. El filósofo Mitt Wotán miró aquello y dijo con justicia: “es que son agradecidos, no muertos de hambre”… Continúa leyendo A esa fiesta no vuelvo más