Las uvas negras y su efecto antienvejecimiento

Por Msc. Miriam Macías
Especialista en terapias naturales

La uva es el fruto de la vid y pertenece al género Vitis de la familia de las vitáceas. Se cree que su origen está en el Mar Caspio, en la zona asiática, y que de allí se extendió por todos los países de la Costa Mediterránea. Existen vestigios de que fue cultivada desde la Prehistoria. En la actualidad, los principales países productores de uvas son Australia, Italia, España, Francia, Portugal, Turquía, Grecia, Chile, Argentina y Sudáfrica.

Un racimo de uvas negras matiza las viñas, con sus colores oscuros cual Venus de Milo. Efectivamente, las uvas negras son muy preciadas porque contienen un 80% de agua, fibra, hidratos de carbono (17%),  vitaminas C, A, B6, B1, B2, B9 (Ácido Fólico), E, minerales como potasio, calcio, magnesio, manganeso, cobre, selenio, azufre, fósforo, hierro, sodio, boro. Asimismo, son ricas en antioxidantes tales como las Antocianinas  (pigmentos vegetales que le aportan el bonito color morado), Resveratrol (fitoalexina) presente en su cáscara y sus semillas y Ácido Oxálico.

De hecho, el Resveratrol es un antioxidante de gran potencia que defiende al organismo de los radicales libres, por lo que ayuda en la prevención del envejecimiento prematuro. Esta sustancia actúa dándole  elasticidad a las arterias para que la sangre fluya  con más facilidad y las células reciban mayor aportación de oxígeno, lo que conlleva un mejor funcionamiento celular, produciendo  un efecto de antienvejecimiento.

Además, el Resveratrol controla la inflamación, tal como lo publicó la revista  FASEB de agosto 2009, que también señalaba cómo este antioxidante puede utilizarse para tratar enfermedades que provocan una inflamación potencialmente mortal, tales como cáncer, apendicitis, peritonitis y sepsis sistémica (organismos patógenos o sus toxinas en la sangre).

Otro beneficio de la uva negra  es que es rica en polifenoles, por lo que reduce el riesgo de la Enfermedad Cardiovascular, ya que dilata los vasos sanguíneos, previene la aparición de coágulos de sangre y reduce el colesterol LDL que bloquea las arterias.

Su alto contenido en agua y fibra contribuye a mantenernos hidratados y a potenciar el tránsito intestinal, evita el estreñimiento, equilibra la flora intestinal y depura el organismo.

Se recomienda consumir el zumo de uvas de modo integral, es decir, su pulpa, cáscara y semillas.

Las uvas negras están contraindicadas en personas que padecen de cálculos renales por contener ácido oxálico, porque pueden formar sales con ciertos minerales como el calcio y formar oxalato cálcico, lo que agravaría la situación.  Tampoco se recomienda su consumo a personas propensas a migrañas por poseer polifenoles y taninos.

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