Vitaminas que equilibran nuestra salud

Por Msc. Miriam Macías
Especialista en Terapias Naturales

 

Las personas por lo general tratan de seguir unas pautas básicas al ingerir los alimentos, buscando que la dieta sea equilibrada. La clave de una alimentación sana es elegir los alimentos adecuados y consumir la proporción necesaria. Una alimentación balanceada resulta fundamental para mantener la salud y prevenir las enfermedades.

El cuerpo humano necesita obtener a través de la alimentación, de 5 a 15 miligramos diarios de Vitamina E. Esta vitamina interviene en el transporte de átomos de hidrógeno que necesitan las células, elimina los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro, protege el hígado de algunos tóxicos, estimula el sistema inmune y controla los fenómenos inflamatorios y alérgicos. La enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer se ven favorecidas por un déficit de vitamina E, al aumentar la degeneración cerebral. Ella se puede encontrar en la mantequilla, la margarina de girasol, los aceites de girasol y soja, almendras, avellanas, yema de huevo y pescados azules como atún, salmón, cazón, sardina.

Los nutricionistas consideran que se debe consumir 50 miligramos diarios de vitamina A.  Esta vitamina desempeña un papel primordial en la vista: permite que las imágenes visuales puedan formarse adecuadamente en la retina, permite ver en la oscuridad, retrasa la formación de cataratas y la degeneración macular. Además, interviene en el metabolismo de las células de la epidermis y las mucosas, evita la anemia, previene el cáncer epitelial y pulmonar y ayuda en la síntesis de las hormonas reguladoras de la actividad sexual. Su deficiencia hace que la piel se reseque y disminuya la resistencia del organismo al ataque de parásitos. Se encuentra en las grasas animales como la mantequilla, la crema de leche, el aceite de hígado de bacalao, huevos, zanahorias, lechuga, coliflor, espinaca.

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La vitamina B6 está presente en los tejidos del cuerpo y en las células, participa activamente en el metabolismo de la serotonina, neurotransmisor que regula el humor y el ciclo de vigilia y el sueño. La dosis diaria mínima está entre 2 y 6 miligramos. La falta de esta vitamina puede producir la caída del cabello, eccemas, dermatitis de ojos, nariz y boca, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, estrés, ansiedad, depresión. Se encuentra en la levadura de cerveza, cereales y harinas integrales, verduras, frutas, leguminosas, pescados, hígado, carne de res y pollo.

La vitamina B9 o ácido fólico: esta importante vitamina ayuda al desarrollo del material genético (síntesis de ADN y RNA), participa en la generación de células sanguíneas y contribuye en la regeneración muscular. Se requieren dosis de 300 y 400 miligramos diarios. Su deficiencia puede ser provocada por un aporte deficiente, medicamentos, alcoholismo y malabsorción debido a alguna enfermedad. Las necesidades aumentan en el embarazo y en el postparto, primera infancia, enfermedades infecciosas y autoinmunes, pérdidas abundantes de sangre y algunos tipos de cáncer. Sus principales fuentes son: espárragos, espinacas, zanahorias, col, frijoles, lentejas,  yogurt, hígado, carne, pollo, huevos.

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