Llegar a ningún lado

Por Bautista Franco.- Las historias de caminos son preferibles a las de llegadas, van sobre el transcurrir y el fin, como una consecuencia. Pensar el cuento de manera fácil achicharra la calidad del comienzo y del fin, nos deja engatusados en la angustia de los finales, como el que maneja veloz para llegar antes y llega muerto.
Mi problema, dicen, es que no sé manejar y me tengo que ocupar siempre de hablar desde el asiento del acompañante. Antes hablaba hasta que me cansaba, como siempre, pero ahora, de grande, entendí que mi papel cumple un lugar central, casi como el del cinturón de seguridad, una alarma permanente que reclama atención y nos protege a todos del peligro. Una vez un amigo me dijo que se quedó dormido y terminó en el medio de la nada haciendo trompos en solitario, como un secarropas pero hecho de auto, con gente adentro. Por suerte sigue vivo… Continúa leyendo Llegar a ningún lado