Por margarita Yamilú martínez.- La carga de ansiedad y angustia pesaba más que la mochila de viaje. Iba triste en el auto que manejaba Carla, mi amiga que también iba al 35° Encuentro Plurinacional de travestis, trans, intersex, no binaries, bisexuales, lesbianas y mujeres (sí, cambio el orden porque las identidades cis ocupamos demasiados espacios al frente). Tristeza agónica la mía, pues la noche anterior nos habíamos enterado que Chiara Panelli, nuestra amiga desaparecida desde el miércoles al mediodía de la Terminal de Carlos Paz, había aparecido muerta en el cerro Pan de Azúcar, en Cosquín. No sabía si viajar o no, la pena como piedra en la garganta y la boca del estómago cerrada: ella decidió, por autodeterminación, morir en el cerro, donde encontraron su cuerpo. Ir a San Luis respondió más a la necesidad de apañe y de ritualizar una despedida con las otras y les otres que también la conocieron, que por asistir a algún taller específico. Es que Chiara, así como tantes, habitaba ese gran espacio. Necesitábamos de algún modo convocarnos, acuerparnos, para que el dolor no pesara tanto… Continúa leyendo No estuvimos todes, aún nos falta Tehuel