Huellas en el chaquiñán

Por María del Carmen Garcés.- Los rostros habían adquirido una expresión de plenitud desconocida: finalmente tenían un objetivo que cumplir. El cura del pueblo marchaba unos pasos adelante. Con la cruz en alto, caminaba con firmeza, como aquellos héroes de epopeya que dirigían a guerreros sedientos de gloria y de sangre.
«¡Santa virgen del Quinche, ruega por nosotros!», repetía una anciana que con la noticia se había curado milagrosamente de su postración, y ahora caminaba al ritmo de todos.
«Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre…», rezaba otra mujer. Y todas repetían la plegaria: «Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre…». Los perros lanzaban horribles aullidos y los vecinos retrasados salían apresurados de sus casas para unirse a aquel cortejo… Continúa leyendo Huellas en el chaquiñán

Barco de bandera rusa

Por María del Carmen Garcés.- Era la mujer de un marinero ruso y miraba el mundo desde la ventanilla ovalada de nuestro camarote.
―¡Mira bien por la ventana! ―me ordenaba mi marido antes de salir, poniendo llave a la puerta.
Yo esperaba con ansias el ruido ensordecedor de la sirena del barco, anunciando la partida de algún puerto. Amaba las sensaciones que provocaban en mí las bahías y los edificios de las ciudades perdiéndose en el horizonte. Miraba entonces la danza de las nubes en el cielo, los aleteos suaves de las gaviotas, los rayos del sol -o de la luna- penetrando por el óvalo luminoso… Continúa leyendo Barco de bandera rusa

Buenos Aires

Por María del Carmen Garcés.- Era la una de la mañana y deambulaba es búsquedas inútiles: direcciones de gente que desconocía, almacenes de productos que no necesitaba, obras de teatro que no quería ver.
En la esquina de la parada del micro número 100, había una pareja que se besaba apasionadamente y yo me quedé mirándoles -como que era eso lo que había estado buscando-, hasta que interrumpieron el beso. Me acerqué y les pregunté, sin disimular mi acento centroamericano, si el 100 iba hacia Avellaneda y me dijeron que sí, aunque en realidad la respuesta era no. Y eso cambió definitivamente el rumbo de mi existencia… Continúa leyendo Buenos Aires

Talismán

Por Gaby Chiapa.- Detrás de esos ojos se guardaba un secreto. Se veía un alma encerrada, gritando por su libertad, pero resignada a su confinamiento en ese cuerpo ya rígido de aceites y lienzos. Cuando los vi quedé absorta ante cada detalle en sus pupilas, intentando en vano desenterrar la historia que escondía detrás de tanta belleza.  No eran ojos exóticos, eran más bien comunes, no era eso lo que atraía a mirarlos. El color marrón de ellos cerraba una cierta magia.
La primera vez que la vi, posaba en una fotografía en el margen superior  del lienzo del artista. Él estaba observándola, absorbiendo cada minúsculo detalle de la muchacha que posaba allí. Morena de ojos marrones, cabello largo y espeso. Lo saludé pero ignoró mi llamado. El artista estaba creando su obra en su cabeza. «Es su musa», escuché detrás de mí, una mujer mayor de sonrisa contagiosa se me acercaba para recibirme… Continúa leyendo Talismán