«Tár»: una película de excesos para mirar con atención política

Por Gloria Kreiman

Voy a recomendar una película no tanto porque me haya gustado impolutamente, sino porque despierta varios interrogantes y perspectivas que me parecen interesantes.

Hablo de «Tár», del actor y director Todd Field y protagonizada por la gran Cate Blanchett, quien interpreta a una directora de orquesta que está en el momento cumbre de su carrera y a la vez atraviesa una situación personal oscura.

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¿Por qué digo que no me gustó impolutamente? Porque tiene varias escenas excesivas, efectistas, muy subrayadas, con ambiciones que no siempre se cumplen. Porque es despareja y, si bien la linealidad o la homogeneidad no son necesariamente obligatorias, en este caso me dio la sensación de estar viendo varias películas de diferentes directores pegadas entre sí de un modo incorrecto. 

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¿Y por qué la recomiendo igual entonces? Por la actuación de Cate Blanchett, que -si bien por momentos acompaña o es responsable de ese exceso del que hablaba- es excelente, con el virtuosismo que tiene en cada cosa que ha hecho y que es cada vez mejor. Porque visual y sonoramente es impactante y porque problematiza, se pregunta y relativiza sobre diferentes temas, como la cultura de la cancelación, cuestiones de género y discursos progresistas.

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Creo que es una película que obliga a abordarla con atención política (para intentar comprenderla y para no caer en generalizaciones o silogismos forzados), que ofrece más preguntas que respuestas y que propone planteos que interpelan y desautomatizan.

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