Por Msc. Miriam Macías
Especialista en Terapias Naturales
La naturaleza nos regala una gran variedad de colores en los alimentos. Es importante que todos tengan una representación en la mesa. Combinarlos es un arte que recrea la armonía durante el proceso digestivo. A su vez, aportan múltiples beneficios a la salud. Esta paleta incluye los alimentos amarillos o anaranjados, verdes, blancos, rojos, morados-azules y marrones.
Los alimentos amarillos o anaranjados, deben su color a los carotenoides. En este grupo se pueden encontrar las naranjas, mandarinas, duraznos, zanahoria, papaya, melón, piña y toronja. Son ricos en vitaminas A, B, C, potasio y ácido clorogénico. Estos alimentos ayudan a mantener saludable el sistema nervioso, previenen el cáncer de mama, protegen el corazón, la vista y fortalecen el sistema inmune.
Entre los alimentos verdes, se encuentran las espinacas, acelgas, brócoli, pimiento verde, kiwi, aguacate, pepino, apio españa. El color de estos alimentos proviene de los isoflavonoides, polifenoles y clorofila. Contienen calcio, vitaminas A, C y B6, magnesio, fibra y clorofila. Los alimentos verdes inhiben la formación de radicales libres, previenen el cáncer, desintoxican las células, ayudan al control de la presión arterial, combaten la depresión y protegen el corazón, la piel y el cabello.
Los alimentos blancos contienen una gran cantidad de alicina (sustancia aceitosa de color amarillo) y fructooligosacáridos o inulina (fibra dietética). Dentro de esta gama, encontramos las cebollas, ajos, cebollín, ajoporro. Estos alimentos favorecen el crecimiento de la flora intestinal e inhiben la formación de microorganismos patógenos. También, ayudan a la formación y mantenimiento de los huesos y los músculos e intervienen en el funcionamiento del sistema nervioso.
Los tomates, las manzanas, fresas, pimientos rojos y sandia, son representantes de alimentos rojos. Ellos deben su coloración al licopeno, un antioxidante considerado como un protector eficaz en la prevención del cáncer de mama, piel y próstata. Estos alimentos mejoran la circulación sanguínea y previenen la hipertensión arterial.
Los alimentos del grupo morado-azul, tales como las uvas, las remolachas, las moras, los higos, pasas, berenjenas y arándanos, contienen ácido elágico que neutraliza las sustancias cancerígenas por lo que ayuda a prevenir diferentes tipos de cáncer, retrasa el envejecimiento, protege los capilares de la retina, facilita la relajación y el sueño reparador.
Entre los alimentos de color marrón se pueden encontrar cereales como el trigo y el centeno, así como las nueces, avellanas, castañas y almendras. Poseen un alto contenido de fibra y son ricos en vitaminas E y B. Ellos mejoran el tránsito intestinal, contribuyen en la asimilación de la glucosa en el cuerpo, reduciendo los niveles de glucosa sanguínea. También, previenen enfermedades cardiovasculares, la angustia y la depresión.
