Por Msc. Miriam Macías
Especialista en Terapias Naturales
Las enfermedades acido-pépticas son alteraciones del organismo a nivel digestivo tales como la gastritis, el reflujo, las úlceras gástricas y duodenales. Estas dolencias disminuyen la calidad de vida y pueden producir complicaciones.
La gastritis crónica es la inflamación reiterada de la mucosa del estómago. Si se deja avanzar se puede producir atrofia, destrucción del tejido y metaplasia (alteración de sus características y predispone a tener mayor riesgo de cáncer).
La gastritis puede ser causada por el empleo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINES), infección por la bacteria Helicobacter pylori, anemia perniciosa, degeneración por la edad o por reflujo biliar crónico. Esta enfermedad se presenta con náuseas, dolor en la boca del estómago, digestiones lentas y pesadas, vómitos, inapetencia. Debe observarse con especial cuidado la aparición de heces oscuras o negras, vómitos con sangre.
El reflujo gastroesofágico o ERGE es el paso del contenido gástrico al esófago, debido a una falla en los mecanismos de cierre (el esfínter esofágico), que impiden que esto suceda.
De hecho, un episodio de reflujo es normal en cualquier persona, sobre todo después de una comida abundante. Lo que caracteriza al reflujo como enfermedad es la frecuencia e intensidad de los síntomas. La señal más común es la pirosis: sensación de dolor o quemazón a la altura del esternón. Además, puede haber regurgitación de material agrio, proveniente del estómago. Asimismo, puede producir alteraciones respiratorias (laringitis, rinitis, bronquitis, tos) y dolor torácico (que llega a veces a confundirse con un infarto).
Estas enfermedades se pueden evitar siguiendo algunas recomendaciones:
Establecer un horario para las comidas, que se cumpla habitualmente, sin convertirse en una disciplina prusiana.
Evitar comer con prisa, de mal humor, discutiendo. Masticar lo suficiente cada bocado.
Comer con moderación, evitando la sobre ingesta. El comer grandes cantidades, sobrecarga el estómago y hace más difícil su trabajo, porque tendrá que secretar grandes cantidades de ácidos y enzimas, produciendo irritación.
No ingerir líquidos con las comidas, estos se pueden tomar antes o después.
Alimentos a evitar: café negro, café con leche, chocolate, licor, harinas blancas, comidas muy condimentadas, tomates, mayonesa, alimentos salados, grasosos, fritos, salsas artificiales, picantes, saborizantes, bebidas gaseosas, vinagre, licor.
Tomar abundante agua, ingerir frutas y hortalizas tales como lechuga, apio españa, perejil, albahaca, zanahoria, lechosa, aguacate, cambur, avena, arroz integral, almendras.
