Por Amalia Cordero
Mirar, con otros ojos, el mundo. Eso aprendí con Eliana Soza Martínez al leer su libro. Convencida de que «una fotografía puede contener múltiples imágenes», ella tuvo la feliz idea de hacer un libro a partir de la colección de fotos familiares. «Luz y Tinta» tiene una doble valía. Ha sido amasado con la delicadeza artesanal de una mirada íntima, al calor del hogar y a la observación escrutadora de sus niños, que es donde se cuecen mejor los sueños, la fantasía y se saborea el amor. Las fotografías escogidas son inspiradoras de las minificciones y son instantáneas tomadas de paso, con el detalle de que captan la naturalidad de las imágenes de personas, animales o de los objetos, sin poses ni afeites.
Alumbrado por EOS Villa como integrante de su Colección Literatura de Las Américas, curado por Piero de Vicari y editado por Yu’i Páez, ha resultado un libro pequeño con mucha vida, que le aportan las fotografías distribuidas en 122 páginas. Al leerlos, desde su estilo bien definido y una limpia y transparente redacción, fluye la voz dulce de la escritora con el acento natal que la identifica.
Si Jostein Gaarder se quejó de que en su libro «El mundo de Sofía» no incluyó el medio ambiente, en cada texto de «Luz y Tinta» observo el detalle de cómo no ha escapado a Eliana incluir además, de lo que observa a simple vista, los sentimientos y emociones que van experimentado los protagonistas o que pudo sentir ella puesta en la piel, en los colores o en las líneas que componen cada imagen. Los gatos alcanzan un lugar destacado como expresión de su relación y preferencia con ellos, así como la necesidad de proteger los perros callejeros y de igual forma su estrecha comunicación con el medio ambiente. A través de imágenes y datos escondidos, nos lleva el dedo sobre cada una de las tramas:
…el hambre y la sed golpeaban su estómago y su boca,
…el terror de quedarse solo doce horas, lo hizo correr
…a veces a abuela se le olvidaba echar algún ingrediente a las comidas.
…el frío de la roca le recordaba la piel de su hija cuando la encontró.
…dormimos diez en el espacio donde solo entran dos.
Imprescindible le ha sido la Pachamama, la que nos trae a través de las leyendas y tradiciones. Un inicio muy bien logrado es: La Pachamama ese año exigía sangre… la madre tierra pedía una vida y le dimos dos. La cosecha iba a ser próspera. Otros temas encuentran un lugar entre la luz y tinta de Eliana, recrea el significado espiritual de la enredadera de la parra que utiliza en una personificación y metáfora preciosas: las hojas de la parra se habían comido la luz del patio creciendo sin control. No descuida la necesidad de proteger la naturaleza del maltrato que recibe y de respetar su capacidad de resiliencia.
En una lectura entre líneas de su pensamiento descubro frases que la definen: …moriría sí, pero sereno solemne y de pie como todos los árboles. Y sobre los hongos: …cuando los descubrí arrinconados, junto a la vid me maravillé: Un testimonio de su espiritualidad.
Los dejo entonces con Eliana dentro de su luz y su tinta.
SOBRE AMALIA CORDERO
Amalia Caridad Cordero Martínez (Amalia Cordero). Cuba, 1945. Licenciada en Geografía en la Universidad Pedagógica Juan Marinelo, Matanzas. En su país ha obtenido Premios en Concursos Nacionales de la Central de Trabajadores de Cuba, como el «Frank País» del Sindicato de Educación, en los años 2000 al 2004; y el «Rubén Martínez Villena» en la instancia nacional, en 2003 y 2005. Partipó en los eventos nacionales XXIV y XXV de Talleres literarios. Escribe ensayos, reseñas, relatos y microrrelatos. Obras suyas aparecen en páginas culturales como «Inmediaciones» de Bolivia, «Maideleón Magazine» de España, «Suplemento Literario Consultario» de México, y «Letras Itinerantes» de Colombia. En antologías como «Antología Mujeres», de Elipsis Editores; e «Historias de gatos y gatas», de editorial EOS Villa, en Argentina. Tiene publicado el libro digital de microrrelatos «Amalia, tras las lluvias de mayo», y en proceso editorial en BGR el libro de microrrelatos «Silencios llenos de trinos».
