Por Gloria Kreiman
Puede verse en Netflix la última película de Charlie Kaufman, «I’m thinking of ending things» («Estoy pensando en terminar las cosas» o «Pienso en el final»). Lo hemos visto como director y guionista en rarezas maravillosas como «Sinécdoque», «New York» y «Anomalisa», y como guionista en «¿Quieres ser John Malkovich?», «Human Nature», «El ladrón de orquídeas» y «Eterno resplandor de un mente sin recuerdos», también sorprendentes, hermosas y memorables.
«I’m thinking of ending things», adaptación de una novela del mismo nombre, no terminó siendo de mis favoritas de Kaufman, pero es absolutamente recomendable por su belleza y su particularidad.
Es un ensayo experimental existencialista, sobre los miedos, los fantasmas, la opresión, los rincones oscuros y angustiantes de la psiquis.
Y una película que sale de las estructuras cinematográficas a las que estamos acostumbrados. Nos sumerge en un universo surrealista, onírico, con registros y recursos diferentes y contradictorios, sin conexión aparente: teatro absurdo, suspenso, drama, comedia musical; personajes que cambian de nombre, de aspecto, de personalidad, de ocupación, de locación; referencias extrañas a otras películas, directores, libros; sin que se dé ninguna explicación al respecto.
Si bien hay muchas interpretaciones posibles de todo esto, yo creo que no es un filme para intentar entender, sino más bien para contemplar, para disfrutar de su belleza estética, de las actuaciones, de su profundidad filosófica y psicológica. Un filme que obliga al espectador a pensar, a resignar la necesidad de coherencia y mensajes predigeridos que suelen darnos la mayoría de las películas o series actuales de acceso masivo.
