Por Msc. Miriam Macías
Especialista en terapias naturales
Con la llegada de la primavera, los días se alargan, el sol resplandece, los árboles florecen, la gente parece más contenta y sale a la calle, pero también aparece el polen y, con él, la temida alergia primaveral, que puede convertir esta maravillosa estación en una auténtica pesadilla. La alergia consiste en una reacción exagerada del organismo ante un agente que percibe como agresivo.
El origen de esta alergia no está en el elemento que la produce, sino en el individuo que la padece. Según investigaciones realizadas en 1966 por los científicos japoneses Teruko y Kimishige Ishizaka, afincados en Estados Unidos, y sus pares suecos Johansson y Bennich, los pacientes alérgicos al polen presentan altas concentraciones de IgE (inmunogloblobulina E), anticuerpos dirigidos contra glicoproteínas que se encuentran en el interior de los granos de polen. Por lo tanto, el riesgo de desarrollar la patología viene dada por la conjunción de factores genéticos y ambientales.
La sintomatología de la alergia primaveral es muy similar a la producida por los cuadros infecciosos virales (catarros) y consiste en una afectación nasoocular caracterizada por estornudos, picor, congestión, secreción, obstrucción nasal, lagrimeo, enrojecimiento e inflamación de los ojos. También es frecuente el picor en los oídos y en la garganta. En casos más graves afecta los pulmones, produciendo tos seca, sibilancia, disnea y asma.
Algunas medidas generales que deben seguir los pacientes afectados con alergia primaveral son: evitar salir los días en los que el recuento de pólenes sea elevado, especialmente los días en los que es más intenso el viento; evitar salir a la calle entre las 5 y 10 de la mañana y entre las 7 y 10 de la noche, ya que son las horas de mayor polinización; mantener cerradas las puertas y ventanas para evitar que el polen entre a la casa; si se traslada en auto debe mantener las ventanillas cerradas; al salir de la casa, protegerse con lentes de sol y una mascarilla que cubra la boca y la nariz; al regresar a su hogar, quitarse la ropa y ducharse con agua tibia; no tienda la ropa al aire libre porque el polen se acumula en ella; en el periodo de mayor intensidad de polen, prefiera un sitio cerca del mar.
La terapéutica naturista recomienda en casos de alergia primaveral: consumir frutos cítricos como las naranjas y los limones, por su alto contenido en vitamina C; agregar cúrcuma a los alimentos, porque esta raíz tiene un gran poder antiinflamatorio, además de contener una dosis suficiente de histamina, capaz de minimizar las reacciones alérgicas; tomar infusiones de ciertas hierbas como la ortiga, el eucalipto, la menta, el regaliz y té verde, por poseer efecto antiinflamatorio; y hacer inhalaciones nasales de hojas de eucalipto (agregar 10 hojas de eucalipto a un litro de agua, hervir y dejar reposar por 3 minutos).
