Por María Elena Izuel
Ante la llegada del ferrocarril a la ciudad de Mendoza, los vecinos del departamento formaron comisiones para solicitar la extensión de las vías hacia el Sur, ya que el ramal se había construido pero solo hasta Eugenio Bustos, en el departamento de San Carlos. Las colonias en gestación sentían la necesidad de una apertura para sus productos, que solo el ferrocarril podía brindarles.
En el año 1900 llegaron dos telegramas, del general Roca y del doctor Salas, comunicando a la población que el Congreso de la Nación había aprobado el proyecto de extender el ferrocarril desde Las Catitas a San Rafael, vinculándolo así con la capital provincial, Buenos Aires y el litoral.
El ferrocarril Gran Oeste Argentino realizó los trabajos y el primer tren arribó a Cuadro Nacional a las 6 de la tarde del 22 de agosto de 1903. Era un tren de pasajeros y carga, que fue recibido por una gran concurrencia con júbilo y emoción. El señor Estanislao Salas brindó en su casa una comida que concluyó con baile.
Pero no era esta la terminal de la línea en noviembre de 1903. El tren llegó a San Rafael ya que en esta carrera Iselín salió vencedor. Las curvas que describe el ferrocarril entre Cuadro Nacional y San Rafael no tienen otra causa que las presiones políticas realizadas por Iselín y la familia Salas para que los rieles valorizaran sus tierras al cruzarlas. Cuando llegó el ferrocarril a San Rafael, ocurrió lo que Iselín había previsto: sus tierras se valorizaron y pudo efectuar un loteo.
La llegada del ferrocarril fue un acontecimiento memorable para San Rafael, todos los habitantes se habían dado cita en la nueva San Rafael, ex Colonia Francesa, para ver el arribo de los “caballos de acero”, como comúnmente se le llamaba.
El domingo 8 de noviembre a las 4 de la tarde hacía su entrada un tren proveniente de Mendoza y a las 18 horas otro que venía de Buenos Aires. Problemas políticos fueron los causantes de que en lugar de un tren llegaran dos. Esa misma noche se realizó un banquete en la Casa Municipal y al día siguiente otro en el parque de la casa de don Rodolfo Iselín, para las autoridades y las familias de la alta sociedad sanrafaelina. El pueblo también festejó, gracias a Iselín, con empanadas, asado con cuero y, por la tarde, juegos.
La crónica de este acontecimiento está relatada en el periódico Ecos de San Rafael y también en diario Los Andes.
En el año 1907, el ferrocarril Gran Oeste Argentino fue vendido a la línea Buenos Aires al Pacífico (BAP), que al nacionalizarse se transformó en el ferrocarril General San Martín. Años más tarde, en 1911, se construyó un ramal para unir directamente San Rafael con Buenos Aires por Buena Esperanza. En 1912 llegó a General Alvear el ferrocarril Gran Oeste Argentino, hoy línea Sarmiento.
El ferrocarril era en ese momento símbolo del progreso indefinido, significaba desarrollo, progreso, comodidad, pero no fue así para todos. Como consecuencia directa de la llegada del ferrocarril, prácticamente desaparecieron la diligencia, las tropas de carretas y las mulas cargueras. Produjo también la ruina del negocio de molienda harinera y gran disminución de la superficie sembrada de maíz y trigo, ya que no podían competir en precio con los granos de La Pampa, mucho más económicos.