Carolina Elwart
Leandro Ubilla
José Luis Morales
El humo negro y espeso que desplegó la última dictadura militar en clave de censura sobre el ámbito de la cultura desde marzo de 1976 no impidió que el alma de lo que serían Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se constituyera. Esos primeros años aciagos, los más duros de ese estado de terror, fueron testigos de un encuentro, no tan fortuito, entre Carlos “el Indio” Solari, Eduardo “Skay” Beilison y Carmen “la Negra Poly” Castro, quienes desplegaron en pubs, clubes y teatros de la ciudad de La Plata y de Capital Federal sus obras artísticas, que incluían no solamente música,también ballet y teatro, con al menos 15 integrantes que se alternaban constantemente.
El primer demo grabado por esta banda intermitente y de nombre enigmático vino en 1982, con una aceptación muy importante en las radios nacionales, consecuencia de la prohibición de reproducir música en inglés por el conflicto bélico en Malvinas. «Gulp!» fue el primer disco LP, lanzado al mercado en 1985. Llevaba suficiente veneno para aguijonear una sociedad adormecida por el terror, un veneno nuevo, oscuro y denso, que no podía más que despertar a su víctima, abofetearla, como acto preparatorio para nuevos aguijonazos.
El segundo corte de la placa es “La bestia pop”, un tema lleno de metáforas que tiene, como la mayoría de las letras del Indio Solari, interpretaciones encontradas. Este no será el último tema de Los Redondos que nos animaremos a desentrañar.
“La bestia pop” tiene dos versiones: una que está basada en una entrevista que le hacen para la revista Rolling Stone, en la que el Indio admite que es una burla a ellos mismos, una pequeña ironía a todo lo que se vive en los shows; y otra que circula en los blogs acerca de un homenaje a un hincha de Gimnasia de La Plata… Pero, ¿qué dice la letra?
“Mi héroe es la gran bestia pop…”. La bestia: ese dominio de la música pop. ¿Soda? El Indio siempre se corrió de cuestiones particulares, aunque claramente alude al movimiento pop, que se mueve con grandes discográficas. El dinero lleva a éxitos efímeros “que cuando cuenten diez dormirán”. No olvidemos que “la gran bestia pop” sabe que el destape y la primavera democrática están dominando el mercado.
“Se mueren potros sin galopar”: una de las métaforas que recorre las paredes de los barrios; la juventud, ese divino tesoro que se larga a la carrera pero nunca llega a galopar.
“A brillar mi amor”: las luces, el espectáculo, el brillo y el glamour se acercan a los escenarios.
“Mi amigo está grogui sin destilar”: términos del boxeo, la piña que pega y no deja pensar.