Sobre el grandioso y necesario Spike Lee

Por Gloria Kreiman
 

Es sin dudas uno de los mejores cineastas contemporáneos, y uno de los más prolíficos: ha dirigido más de 20 películas, ha producido más de 40 y también ha actuado y hecho publicidades y videoclips. Todo excelente, todas cosas muy poderosas y con fuertes marcas estéticas y políticas.

Desde sus primeros trabajos mostró recursos narrativos y estilísticos brillantes, novedosos y con una gran identidad propia. Y sus obras siempre tienen perspectiva sociológica, principalmente vinculada al racismo, pero con una visión muy aguda, alejada de los lugares comunes. No lo hace «para cumplir». Está muy enojado y tiene una manera hermosa de manifestarlo.

Podría hablarse muchísimo de cada una de sus películas, pero voy a destacar dos: la primera y la última, «She’s gotta have it», de 1986, y «5 sangres», de 2020. Las dos pueden verse en Netflix.

spikelee4

«She’s gotta have it» se enfoca en una chica que mantiene relaciones sexoafectivas con varias personas y no quiere ceder libertades a pesar de que su entorno se lo exige de distintas maneras. Es una película excelente, profunda, divertida, con una banda de sonido lindísima y que se anticipó a discusiones sobre cuestiones de género y racismo que aún no están resueltas. De hecho, en 2017 Spike Lee hizo una serie a partir de esta película -con el mismo nombre, también en Netflix y también buenísima- e impacta ver cómo en 30 años nada ha cambiado radicalmente en ese sentido.

spikelee6

«5 sangres» es muy diferente. Es una película sobre la guerra, sobre cómo todo es asqueroso en ella y cómo esa asquerosidad no termina nunca para quienes fueron parte. Pero mantiene, como el primero y todos los filmes de este realizador, la fuerza, la profundidad y la calidad cinematográfica que lo caracterizan.

spikelee5

Ahora me detengo en «She’s gotta have it», la serie. Al igual que su ópera prima, tiene como núcleo a Nola Darling, una artista de Brooklyn que mantiene vínculos sexo-afectivos con varias personas, lo cual le genera bastantes presiones e incomodidades. A partir de esto, Spike Lee y las guionistas (en su mayoría son mujeres) tejen un manifiesto feminista y antirracista con muchísima calidad y belleza narrativa y audiovisual.

La película es excelente, como dije, pero lo bueno de la serie por sobre esta es que tiene más tiempo para abordar los temas con mayor profundidad y también tratar otros: habla -además- sobre gentrificación, pobreza, abuso policial, capitalismo, industria artística y Donald Trump, por ejemplo. Y también se permite mostrar a la protagonista más allá de su sexualidad: como artista, amiga, hija, profesora y como una mujer fuertemente política.

Otra de sus virtudes es la banda de sonido, heterogénea y hermosa, que es resaltada -bien a lo Spike Lee- de un modo muy singular. Y todo lo que se aprende con esta serie: tiene diálogos y discusiones inteligentes e interesantes sobre cuestiones históricas, filosóficas y sociológicas. Además visibiliza artistas, rituales, costumbres y lugares de diferentes comunidades, y tiene referencias y homenajes a muchísimos representantes y obras de música, teatro, cine, artes visuales. Si no se lo hacía desde antes, es muy probable que se salga de «She’s gotta have it» amando a Brooklyn, Prince y Basquiat.

Súper recomiendo «She’s gotta have it», una serie diferente, que no atrapa desde los lugares a los que estamos acostumbrados, pero sí lo hace a través de todo lo anterior y, principalmente, a través de su protagonista y lo que se encarna conceptualmente en su figura: una viaje de autodescubrimiento y libertad constante e incierto, pero con límites muy sólidos. No sé lo que quiero pero sé lo que no quiero, diría Calamaro. Y a eso Nola Darling lo tiene clarísimo.

spikelee1

Convidame un Matecito
Anuncio publicitario