Por Msc. Miriam Macías
Especialista en Terapias Naturales
Alexander Lowen nació en Nueva York, Estados Unidos, el 23 de diciembre de 1910. Cursó primero estudios de derecho en la Brooklyn Law School y posteriormente estudios de Medicina en la Universidad de Ginebra, llegando a ser médico y psiquiatra. Desde 1940 hasta 1952, fue alumno de Wilhelm Reich, quien impartía cursos sobre el análisis del carácter.
Bastante tiempo antes de conocer a Reich, Lowen se sentía atraído por la relación existente entre la mente y el cuerpo, tema que había investigado con interés. Según afirmó, dicho interés se debía a su propia experiencia en las actividades físicas deportivas y en la calistenia, o técnica gimnástica destinada al desarrollo muscular. Asimismo, durante los años treinta, se había dedicado a estudiar a fondo la teoría de la Euritmia de Jacques Dakroze y la Relajación Progresiva de Jacobson. Todo ello corroboró su fuerte convicción de que el hombre podía influir en sus actitudes mentales si trabajaba de forma sistemática y con métodos adecuados su propio cuerpo.
En 1953, Lowen conoce a otro colega, también seguidor de Reich, llamado John Pierrakos, con cuya colaboración inicia su propia forma de terapia psicocorporal, denominada Análisis Bioenergético o Bioenergética.
El resultado de la asociación con Pierrakos fue un programa de seminarios clínicos, en los cuales no sólo se trabajaba de forma personal con los pacientes, sino que también enseñaban a otros terapeutas las bases en las cuales se apoyaba el enfoque corporal. De hecho, en 1956 en conjunto con sus primeros colaboradores, entre los que se encontraban William Walling y Alice Khan Ladas, autora de «El punto G», fundó el International Institute for Bioenergetic Analysis, con el objetivo de garantizar la formación de Psicoterapeutas Analistas Bioenergéticos.
El trabajo corporal que empezó a desarrollar consistía en una serie de posturas y ejercicios que todavía hoy se practican en la bioenergética. Trabajaba con las piernas y con posturas erguidas, en lugar de horizontales, como prefería Reich. Estiraba los miembros y preconizaba una serie de ejercicios con objeto de movilizar la energía corporal. Esta terapia fue muy distinta a la que había llevado a cabo con su maestro, ya que el trabajo corporal se concentraba en la liberación de las tensiones musculares más que en la esfera de la sexualidad.
Como sucedió con Reich, Lowen terminó separándose de Pierrakos, quien creó su propia escuela terapéutica a la que denominó “Corenergética”. Durante la década de los ochenta y a pesar de su avanzada edad, Alexander Lowen siguió trabajando en su escuela, convencido del principio que había mantenido desde que inició su terapia bioenergética: la vida del individuo es la vida de su cuerpo.
Actualmente, el Análisis Bioenergético sigue evolucionando con las investigaciones de psicoanalistas, psiquiatras, psicólogos, médicos y biólogos, tales como Daniel Stern, John Bowlby, Stanley Keleman y Robert Lewis.
