Por Gloria Kreiman
Hay una serie que ya tiene unos años, se emitió entre 2009 y 2016, pero que me parece una de las imprescindibles.
Me refiero a «The good wife», creada por la pareja de Michelle y Robert King; dirigida por Charles McDougall, que también dirigió «House of cards» y «The Office», entre varias otras; protagonizada por Julianna Margulies, que ganó muchos premios por este trabajo, y con un montón de otros excelentes actores.
«The good wife», en sus siete temporadas, cuenta la historia de Alicia Florrick, un ama de casa y esposa de un funcionario del gobierno de Estados Unidos que va preso por corrupción, por lo que ella tiene que volver a trabajar como abogada después de trece años de no ejercer, y todo su proceso de transformación a partir de esto.
Y al mismo tiempo, presenta en cada capítulo un caso o planteo legal del que Alicia o sus colegas son responsables.
En los dos aspectos es supervaliosa y está muy bien hecha: no es una serie de abogados más. Es más bien una serie sobre filosofía del derecho, política y sociedad contemporánea con casos y situaciones que interpelan y disparan replanteos.
Y por otro lado, el personaje de Alicia (todos en realidad, pero sobre todo este) es supercomplejo, contradictorio y construido con muchos detalles, sutilezas y con una perspectiva feminista muy precisa.
Además, el guion es impecable, no hay casi nada traído de los pelos; todo lo que pasa y las transformaciones, acciones y reacciones de los personajes tienen sentido a lo largo de toda la serie. No hay clichés, o estereotipos, o condescendencia (ni con el espectador ni con los personajes).
El final es raro, puede leerse de modos antagónicos pero mantiene el espíritu y el tono semiamargo de toda la serie.
Recomendada entonces «The good wife»; es larga, son más de 150 capítulos, pero vale la pena verla.