Por Raquel Ruiz
Ilustración: Nehuén Álvarez
Hay una copa servida sobre la mesa.
Una botella acompaña.
Alrededor, una mujer envuelta en ansiedad, gira, gira… alrededor de la mesa.
Angustia que ataca.
Deseo que atrapa.
Adicción que gana la partida.
Su cabeza en el predio del cuerpo se asemeja a las vueltas de una calesita sin sortija.
Sortija que arrebató el vicio.
Vicio que acuna la tentación.
Tentación que acaba de vestir al verdugo que esclaviza.
La desteñida alfombra, la espera desde el piso.
Una vez más recibe su estructura, carente de cordura.
Las agujas del reloj han de recorrer un largo trecho, antes de encontrarse con el nuevo día.
Amalia se sentará primero, para luego pararse sobre sus pies.
Mirada perdida. Flaqueza patética, completa.
Un pensamiento aparece, aislado.
Una esperanza pone color al dolor en su cabeza.
Si solo por hoy logra saborear el néctar agridulce de la abstinencia, habrá ganado la batalla.
Mañana, la guerra sigue.
Qué importa el mañana, es… ¡solo por hoy!
SOBRE LA AUTORA
Soy Raquel Ruiz Rojas. Mirando mi pasado, veo a esa niña que fui, ávida por el conocimiento. Me enamoré de cada letra que mi mano escribía y mi memoria mostraba. Después de la secundaria, elegí una carrera, que me permitió insertarme en el mundo del trabajo. Luego llegó el matrimonio y mis cuatro hijos (mi gran obra de arte). La literatura seguía activa, con deseos de debutar y… llegó el momento del encuentro. Publiqué seis libros. Hoy me reconozco, amante de la lectura y la escritura