Por Jaime García
Instituto Copérnico
Septiembre será el mes para disfrutar de cuatro de los cinco planetas que se ven a simple vista. También podremos apreciar objetos difusos del cielo nocturno en las noches oscuras del comienzo del mes.
La posibilidad de ver a los cuatro planetas a simple vista, en el mismo momento, tendrá lugar al comienzo de la noche. Si bien esto ocurrirá entre las noches del 1 al 21, la top será la del día 13, pues Mercurio y Venus se verán hacia el oeste y Saturno y Júpiter hacia el este, junto a la Luna en cuarto creciente. El gran ausente de esta fiesta planetaria es Marte, dada su proximidad al Sol que dificulta su apreciación. Para quien cuenta con un telescopio y ganas de localizar una pequeña bolita levemente celeste, más al este estará Neptuno, fácil de ubicar en la constelación de Aquarius, si se cuenta con un software planetario como el Stellarium, inclusive en su versión web.
La Luna nueva de este mes se producirá el lunes 6, a las 21:53, de modo que esa noche será la más oscura. Este mes, el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, continúa bien alto atravesando todo el cielo, encima de nuestras cabezas, como puede apreciarse en la imagen obtenida con una lente ojo de pez.
Imagen de todo el cielo atravesado por la Vía Láctea
Sin embargo, este mes vamos a sugerirles prestar atención a algunas constelaciones que se encuentran hacia el sur.
El cielo mirando hacia el sur a comienzos de septiembre
Mirando hacia la izquierda de los “Punteros” alfa y beta del Centauro aparece la constelación Triangulum Australe, el triángulo austral, a su izquierda el Pavo, debajo la pequeña Apus (el ave del paraíso), bajo ella Octans, el octante, y a su izquierda Tucana, el tucán.
En la constelación de Tucana se encuentra una de las galaxias más próximas a la Vía Láctea que es nuestra galaxia. Ella es la Nube Mayor de Magallanes, observada por primera vez por los europeos durante la expedición de Hernando de Magallanes y registrada en la crónica realizada por Antonio Pigafetta, en 1524.
Nube Menor de Magallanes junto al cúmulo globular NGC 104 o 47 Tucanae
También en esa débil constelación austral encontramos dos bellos cúmulos globulares, que son conglomerados compactos de decenas o centenares de miles de estrellas. Uno es NGC 104, más comúnmente conocido como 47 Tucanae, uno de los más grandes de nuestra galaxia y el segundo más brillante del cielo, detrás de omega Centauri. Se encuentra a 13.000 años luz, tiene 60 años luz de diámetro y su masa es 700.000 veces la masa del sol. Se le ha calculado una edad de 13.060 millones de años. El otro es NGC 362, conocido por el apodo de “el tucanito”, por la diferencia de tamaño aparente y de brillo con respecto al anterior. Se encuentra a 27.700 años luz y tiene un diámetro de 13 años luz. La edad estimada es de 10.370 millones de años.
Cúmulos globulares en Tucana obtenidos con idéntico equipamiento
Y ya que estamos con cúmulos globulares, en la constelación de Pavo nos encontramos con NGC 6752. Con una masa de 140.000 masas solares, se encuentra a 13.000 años luz y tiene un diámetro de 100 años luz. La edad estimada para este magnífico cúmulo globular es de 11.780 millones de años.
Cúmulo globular NGC 6752 en la constelación Pavo
Este mes, la noche de Luna llena acontecerá el lunes 20, pues el cambio de fase se produce a las 20:56.
Luna llena
Por supuesto, este mes tendremos el equinoccio de primavera que este año se producirá a las 16h22m06s del 22 de septiembre. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium, compuesto con aequus que significa ‘igual’ y nox, noctis que son vocablos para designar a la ‘noche’. Y esto se debe a que en los equinoccios los días tienen igual duración que las noches. En ese día, el sol sale, exactamente, por el punto cardinal este y se pone precisamente por el oeste. En su trayectoria de salidas sucesivas, el sol viene apareciendo cada día más hacia el sur, desde el solsticio de invierno y el 22 será el punto medio de ese desplazamiento que finalizará en el solsticio de verano para, a partir de esa fecha, cambiar de sur a norte. Esto se debe al movimiento de traslación de la Tierra alrededor del sol y a que el eje de rotación de la Tierra se encuentra inclinado 23,5° respecto al eje de traslación.
Otro mes para disfrutar del cielo nocturno. ¡Hasta la próxima!