Ossip Bernstein y la partida de la muerte

Por Bautista Franco

Aunque seguramente haya varias partidas del juego ciencia que corresponden más al mundo de los muertos que al de los vivos, hay una que quedó signada en la historia del ajedrez moderno no por su calidad, sino por salvar la vida de un gran jugador de su tiempo.

Ossip Bernstein nació en el antiguo Imperio Ruso, era hijo de una familia de comerciantes judíos que lo enviaron a estudiar a Alemania, donde se doctoró en Derecho. En 1902 ya había marcado un importante nivel ajedrecístico al ganar el torneo de la Federación General de Ajedrez de Berlín. A su vuelta a Rusia, el joven entró en las grandes ligas y obtuvo mucho reconocimiento. 

Durante más de diez años, entre 1903 y 1914, se mantuvo en el top ten de los jugadores más fuertes del mundo, una labor interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial y posteriormente por la Revolución Rusa. Allí las políticas laicistas soviéticas -Ossip era judío- complicaron la situación social y financiera del jugador, ya que también fueron afectadas las grandes ganancias que estaba obteniendo como abogado empresarial. 

bernstein1Bernstein es el cuarto hombre desde la izquierda. San Sebastian, 1911 

Es así que en 1918, un año después del estallido de la revolución, Ossip fue arrestado durante un viaje por la Cheka (policía secreta soviética), que lo puso rápidamente en una lista de fusilamiento como colaborador del régimen imperialista. Ya en espera de su muerte, un oficial aficionado reconoció el nombre del ajedrecista y le preguntó si era el afamado jugador. Ante la respuesta afirmativa, lo retó a una partida para ver si era realmente quien decía ser. Ossip se enfrentó al oficial en una partida breve que terminó en una victoria y le dio la libertad. El jugador no dudó un instante de que su suerte estaba echada y se exilió. 

Una partida que si bien era contra un contrincante de poco nivel, significó para Ossip Bernstein la más importante partida de su vida. 

Luego de esta situación se retiró a Francia, donde amasó nuevamente fortuna, y también la perdió, primero por la Gran Depresión de 1929 y luego por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que también lo exilió de Francia. En 1940 se llegó a enfrentar al mismísimo Alexander Alekhine, un joven ruso que resultó ser campeón mundial y uno de los mejores jugadores de la historia del ajedrez. Durante ese conflicto bélico, ambos tuvieron como patria protectora a España, aunque luego Alekhine se alineó con los Nazis. Después de 1945, terminada la guerra, Ossip Bernstein retomó su actividad ajedrecística y demostró que no había perdido su nivel.

bernstein2Partida con Arturito Pomar, de solo 14 años. Londres, 1946

En un importante torneo internacional disputado en Montevideo en 1954, a sus 72 años,  se enfrentó al jugador argentino-polaco Miguel Najdorf, de quien ya hemos escrito algo, a quien logró vencer con una variante de la defensa India. Con esa partida, el viejo Ossip se quedó con el segundo puesto de ese prestigioso torneo internacional, recibiendo una distinción además por su genial partida. 

Falleció a sus 80 años luego de un infarto y una larga existencia llena de aventuras. Su existencia fue la prueba de que en muchos casos, y en algunos más que otros, el ajedrez salva vidas. 

Aquí un análisis de la última gran partida que jugó contra Miguel Najdorf.

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