Por Msc. Miriam Macías
Especialista en terapias naturales
La disciplina del Feng Shui tuvo su origen hace 4000 años, siendo influenciada por numerosas culturas y religiones que se sucedieron en el curso de la historia del Imperio Chino. El término Feng Shui literalmente significa “viento y agua” y constituye un conjunto de nociones que enseña al hombre la forma de crear armonía entre sus energías y el ambiente circundante.
El Feng Shui nos conduce hacia la comprensión de una filosofía basada en el principio universal de la dualidad, la teoría del ying y el yang. Además, nos lleva a buscar la armonía de los cinco elementos contenidos en la naturaleza: madera, fuego, tierra, metal y agua. De esta manera, el Feng Shui trabaja el flujo de la energía vital o “Chi” que fluye, sana, limpia y es benéfica.
En consecuencia, el Chi debe ingresar al hogar por la puerta principal y recorrer todas las áreas: carrera, conocimiento, benefactores, creatividad, familia, relaciones, fama, riqueza y salud. Es decir, que cada zona de nuestra casa presenta una correspondencia con un aspecto de nuestra vida. Es por ello, que la relación del hombre con su hogar es íntima, esencial y sutil.
Al respecto, Sylvia Alechine de Mejía, asesora de Feng Shui, expone que “El entorno que rodea a la vivienda determina la energía que recibe y que luego beneficiara o no, a sus ocupantes, por lo que mantenerla en adecuadas condiciones energéticas, es importante para que la persona desarrolle su vida de manera armónica”. En este orden de ideas, se afirma que el Feng Shui tiene como propósito crear ambientes en los que la energía fluya con suavidad para obtener así un beneficio emocional, físico y material.
Los principios del Feng Shui, se basan en el sentido común, por ejemplo, mantener la limpieza y el orden, no acumular objetos que estén dañados, tener una buena ventilación e iluminación.
La especialista en Feng Shui, sugiere que la puerta de entrada, esté despejada, bien iluminada, bien pintada, con cerraduras y pomos en excelentes condiciones. Se debe colocar una alfombra que dé la bienvenida, ya que por ella entra el Chi o energía vital que nutre la casa. Cuando se entra se debe evitar, mirar directamente a un espejo o a una escalera. Si ello es así, hay que desviar la mirada utilizando una planta con hojas redondeadas.
La sala, representa el contacto con los demás, es el lugar en el que la familia y los amigos se reúnen. Este espacio influye en la carrera profesional, por lo que esta energía no se debe dispersar en lugares muy abiertos. Los muebles no deben darle la espalda a la puerta. Se sugiere que se encuentre ordenada e iluminada y no excederse en cuadros y adornos.
El comedor, no debe colocarse a un nivel inferior al de la sala. Este lugar debe ser relajante y favorecer la absorción de energía positiva. Las mesas redondas permiten el flujo de la energía Chi.
La cocina es el lugar de la casa que representa la prosperidad y la salud de sus habitantes, ya que en ella se preparan los alimentos. Hay que mantenerla aseada, ordenada, aireada e iluminada. Se debe evitar poner la cocina (artefacto) en una isla, lo aconsejable es contra una pared. No hay que descuidar la ubicación del centro de cocción, de la nevera y el fregadero. Estos elementos deben ser dispuestos para que en su ubicación creen un triangulo fuego- aire- agua, generador de equilibrio. Las tuberías y desagües deben quedar ocultos, porque simbolizan perdida de oportunidades y dinero.
Los dormitorios son el lugar donde se renuevan las energías. Deben estar alejados de la parte delantera de la casa. La cabecera de la cama debe estar orientada hacia el este o norte, apoyada en una pared sólida, en la que no haya ventanas ni espejos, con acceso por ambos lados y en una posición donde se pueda ver la puerta.
El cuarto de baño debe ser orientado hacia el norte, con tal de que no sea contiguo a la entrada principal y la cocina. El Feng Shui, además, no aconseja la conexión directa entre el cuarto de dormir y el baño; y tampoco que la cabecera de la cama este contra la pared que colinda con el baño, para evitar contaminaciones del Chi.
El área de la salud, representada por el centro, es el punto donde se reflejan todas las actividades, por lo que debe estar vacío o despejado. La atención se tiene que centrar en los aspectos más importantes de la vida, si se cuida se transformará en gran energía, prosperidad y salud. Debe ser un área libre, espaciosa, pero no demasiado grande y relacionada con la entrada.
Un espacio ordenado, limpio, aireado y luminoso, sin objetos inútiles, permitirá atraer con mayor facilidad las novedades positivas de la vida.