Por Reinaldo González
Fotos: Mayrin Moreno Macías
Cuando Paula Toledo fue violada, torturada y asesinada, en 2003, Celeste Marchetti solo tenía 14 años, pero ya sabía que algo andaba muy mal y se unió a un grupo de sanrafaelinos que comenzaron a expresar su indignación y a pedir justicia en marchas y concentraciones en el Kilómetro Cero y en el playón de Tribunales.
Hoy, desde el interior de esos Tribunales, como abogada querellante en el juicio que busca establecer la responsabilidad de Marcos Graín en el atroz hecho, es categórica al afirmar que “vamos a necesitar el apoyo de la gente. En la sala de juicios se escucha el pedido de justicia, se escucha cuando cantan, se escucha el clamor. Si esto queda impune, el mensaje será que alguien puede matar y no le va a pasar nada. Es una garantía para que vuelva a ocurrir”.
No se trata de un juicio cualquiera. El fallo de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza que anuló los dos juicios anteriores y ordenó realizar este tercer juicio tiene varias particularidades: además de exigir celeridad por el tiempo que ha pasado, establece que se tengan en cuenta la amplitud probatoria y la perspectiva de género.
Es por ello que esta vez se admitieron pruebas que antes no fueron consideradas, entre ellas dos pericias psicológicas cuyos resultados se conocerán este lunes 1 de febrero: una sobre Paula y su entorno antes del crimen, y la otra sobre las heridas en su cuerpo que conllevaron su muerte. “Es la primera vez que se está haciendo este tipo de abordajes, que desde la parte acusadora se están utilizando instrumentos y se está trabajando desde y por la perspectiva de género”, resalta Marchetti.
Y agrega: “En esta etapa debemos saber la mayor cantidad de datos con la finalidad de esclarecer y llegar al objetivo fundamental del derecho penal: la obtención de la verdad de los hechos. Después se derivan las consecuencias, las responsabilidades, pero necesitamos saber qué pasó. La Nuri nos lo dice cada vez que puede, y por eso va a todas y cada una de las audiencias. Ella es la primera que llega y la última que se va, ha escuchado a cada uno de los testigos, es más, le tuvimos que pedir que por favor se fuera cuando vino a hablar el médico anatomopatólogo y la médica del cuerpo médico forense porque iban a mostrarse imágenes fuertes, pero ella dijo que quería saber la verdad de todo, nada más y nada menos, porque hasta ahora hay un pacto de silencio entre todas estas personas del mal, un pacto muy sólido por el que no dejan que se meta ningún rayo de luz para que se esclarezca”.
Se prevé que el lunes 8 y el martes 9 de febrero las partes presenten los alegatos finales, a la espera de la sentencia.
Del playón a las salas de Tribunales
Celeste Marchetti es abogada desde hace tres años. Su indignación por el crimen de Paula no cesó, sino que cambió de escenario: de hacer pintadas, gritar consignas y marchar, a estudiar, leer expedientes, armar estrategias legales y pedir justicia en los estrados. Pareciera que la suma de los pasos dados durante los últimos años la prepararon para este momento.
“Lucho por los derechos humanos y por todas las causas que deben ser defendidas, mis padres son así y yo soy así. En todas esas marchas se formó una amistad entre Nuri (Ribotta) y mi mamá”, recuerda Marchetti, lo que le permitió estar muy cerca del caso y ver los esfuerzos de una madre por obtener respuestas del Estado.
Su tesis trató sobre la responsabilidad civil en casos de retardo indebido de los procedimientos judiciales penales, es decir, cuando la Justicia se tarda mucho en resolver una causa penal, tiene el deber de indemnizar económicamente a las víctimas.
“Una vez que terminé de escribirla, decidí dársela a otras personas para que la revisen y me den sus puntos de vista: el doctor Guillermo Rubio y la doctora Guadalupe Pérez Cesaretti, ambos abogados. Pasamos varias noches corrigiéndola, charlando, y una noche se me ocurre: ‘Che, pará, esto se puede aplicar al caso de la Nuri. Independientemente de que se resuelva o no penalmente, ella está facultada a reclamarle al Estado una suma de dinero por haberse tardado tanto tiempo en resolver su causa, por haberla investigado negligentemente, por haber perdido las pruebas, por hacer de manera pésima el análisis de la necropsia, y un montón de irregularidades que caracterizan a este proceso’”, cuenta.
Poco tiempo después presentaron la demanda y en marzo de 2020 la Suprema Corte de Justicia de Mendoza contestó. “Lejos de hacerse cargo, tomaron otra actitud –asegura– y se empezó a agitar el avispero, como quien dice”. Una semana antes del comienzo del juicio, a mediados de noviembre del año pasado, el abogado Arturo Juri se apartó del caso y Nuri decidió llamar a Marchetti y a Rubio. “Es una causa que si apilás los expedientes uno arriba del otro, casi que tienen mi altura, más de 14 cuerpos. Era una tarea difícil pero la asumimos”.
Fue así que desde el pasado 6 de noviembre, junto a Rubio, conforman la querella, “laburando firmes todos los días, de lunes a lunes, sábado en la mañana, domingo en la mañana, feriados, cumpleaños, es nuestra prioridad hoy, y agradecidos con nuestros demás clientes porque han esperado y entendido que lo principal es resolver el caso de la Paula y esto va en la solidaridad del pueblo, todo San Rafael ya quiere que se resuelva y que se esclarezca”.
“Como querellantes somos un equipo. Si bien tenemos el mismo pensamiento frente a la sociedad y en lo político coincidimos mucho, en la manera de laburar somos distintos. Guillermo trae la experiencia y yo puntos de vista nuevos, novedosos, y la impronta de la mujer”.
–Pasaste de ser una persona más a tener una responsabilidad directa en la búsqueda de justicia por Paula…
–La verdad no he querido pensar en eso. Es como cuando uno toma conciencia de que mientras más sabe, mientras más despierto está, también sufre un poquito más. Sinceramente es muy emocionante, el ejercicio de la abogacía es emocionante, y estar en esta causa… Es un flash, me gusta denominar así las emociones que te vuelan la peluca, un antes y un después en mi vida. Por ahí me subo a la vorágine del día a día, laburo muchísimo, salgo a las 7 de la mañana de mi casa y llego a las 10 de la noche, y uno no se detiene a pensar. Cuando lo hago, se me estremece el corazón, me dan nervios, emociones, pena, alegrías… Justamente mi novio me preguntó si me sentía nerviosa, porque se viene acercando la fecha donde todo esto finaliza y lo único que hacemos es laburar, entonces parar y tomar conciencia, mirar donde nos toca estar y la responsabilidad que tenemos, y estar tan cerquita de que se pueda hacer justicia… Creo que lo que le ha pasado a la Nuri es lo más terrible que le puede pasar a una persona, yo no tengo hijos pero he hablado con muchas personas que sí, y que la Nuri confíe la labor de llegar a la justicia a nosotros… Estoy agradecida, sí, estoy cansada, un poquito a veces, pero con mucho ánimo, esperanza y dando el 110 por ciento de nuestra capacidad.
Paula
Paula era arte, de hecho, en la casa hay dibujos que quedaron enmarcados. Una mano, una imaginación, una letra hermosa, un cariño… Adentro de la carpeta había cartitas que se escribía con las amigas, cartitas que le hacía a la madre, era puro amor esa pendeja, era una divina. No la conocí en persona, la conocí después por todo lo que Nuri nos contó, por la relación que tenemos con sus hermanos y porque a lo largo de los años se han acercado muchos que la conocieron y que cuentan cómo era ella. Todos los testigos la recuerdan así: una chica de estar en su casa, tímida, un poco introvertida, pero muy dada, confianzuda, amiguera, y con una mano y una bocha increíble para plasmar el arte. Cuando termine el juicio y Nuri pueda recuperar esa libretita, estoy segura de que los hermanos van a compartir con muchos de nosotros y con la sociedad entera esos dibujos.
Nuri
El tiempo no para, nunca para, y eso se ve reflejado en los rostros, en los cuerpos. Sí te puedo decir algo: la Nuri es insignia de lucha. A veces, cuando hay cuartos intermedios y salimos a tomar un café o aire al pasillo de Tribunales, ya sea un empleado del Poder Judicial, o las mismas mujeres policías que pasan, la abrazan, le agarran la mano y se la besan, le dicen que tenga fuerzas, que siga adelante, que son su ejemplo de lucha, que es la mamá de todos, solo palabras de aliento y amorosas. Se puede ver un deseo sincero y de corazón de la sociedad toda, pero preferentemente de las mujeres, en brindarle apoyo a Nuri, un “dale que sos vos el faro en esta lucha”.
La Nuri no ha parado, no hay juez ni fiscal con el que no haya hablado, ha ido a programas de TV de Buenos Aires, ha sido recibida por un montón de personalidades de la Justicia, de la Cultura; por Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz; por ministros de la Corte, pero bueno, como ella dice, “sí, he sido recibida, pero la justicia no la tengo”. Ella es un ejemplo de fortaleza, de lucha incansable, de amor. Cuando ella fue a despedir a la Paula al cementerio, le dijo: “Paula, yo voy a luchar hasta el último día para hacer justicia por lo que te hicieron”. Ella se lo prometió a su hija.
Graín
Marcos Graín no era un agresor más, era el novio y tiene la mayor responsabilidad. La Paula jamás hubiera ido a esa casa si él no la llevaba. Él es el principal responsable, además tenía un deber especial de cuidado hacia ella. Nunca le cumplió, la puso en peligro todo el tiempo, y la ponía en peligro con actitudes previas. Ejerció todo tipo de violencia hacia ella, el que se te ocurra, y escaló hasta que llegó al máximo de la violencia que se puede tener frente a una mujer: quitarle la vida.
Quien realizó esas lesiones no es cualquiera, es una persona que creía que Paula era de su posesión, de su propiedad, y que si no hacés lo que yo te digo, mirá lo que te hago: te quemo, te corto, te caigo a piñas, te parto una botella en la cabeza, te clavo la botella rota en la cara y después te violo y te mato.
San Rafael
Ha habido variaciones respecto de la gente que apoya la causa. Es como que los sanrafaelinos nos acostumbramos a la causa Paula Toledo. “Ahhhhh sí, todavía sigue, ahhh sí, no hay nadie preso…”. Hey, despierten. Mañana puede pasar a cualquiera, aunque esa comparativa de “podría ser tu hija, tu madre, tu novia, tu hermana” me cae un poco mal. No tenemos que comparar que sea un ser querido al que le pase eso para tomar dimensión, con que le pase a otro ser humano ya es atroz, es terrible.
A lo largo de estos años hemos participado en un montón de marchas en el Kilómetro Cero, en Tribunales, pintadas de murales… En el mismo barrio donde vivía Paula se inauguró una plaza con su nombre, en el CIC El Sosneado se hizo una escultura. Los artistas han tenido un rol fundamental para mantener viva la llama de la lucha.
San Rafael es un pueblo hermoso para vivir, trabajar, tener hijos, hijas, hijes, es un lugar divino desde lo paisajístico hasta la idiosincrasia de las personas. Es por eso que no podemos permitir que este crimen quede impune, porque esto pasó en una ciudad tan bonita, y pasó porque el machismo y el patriarcado atraviesan el mundo entero y a toda y cada una de las personas que habitamos el planeta. Sí, es una ciudad conservadora, religiosa, hay mentes cerradas, pensamientos cuadrados, pero no ha sido ajeno a los cambios de la orden mental y emocional respecto a la inflexión en el paradigma feminista. Cada vez más mujeres nos ayudamos entre nosotras, cada vez más hombres entienden que la violencia no es el camino, la igualdad va llegando de a poco y lento, pero va llegando.