Mamá Cultiva Argentina: «La marihuana es maravillosa»

Por Mayrin Moreno Macías

 

“Hay personas que al ver la planta, así en directo, quedan congelados, calculo que piensan ‘¿qué hace con esto acá?’, pero es parte del proceso de sacarla de la oscuridad a la que la obligaron, hacerla real”, dice Sabrina Schvartzbard, integrante de Mamá Cultiva Argentina, a propósito de una actividad que hicieron el pasado 21 de noviembre en las afueras del Congreso, en Buenos Aires. Allí entregaron pequeños plantines y charlaron con las personas sobre el cultivo del cannabis, después de que el Presidente, días atrás,  firmara la nueva reglamentación de la ley 27.350, que establece la regulación del cultivo doméstico con fines medicinales y el expendio en farmacias de aceites y cremas producidas con esta planta.

Ella dice que ha sido un camino largo, al que le han puesto el cuerpo, la cabeza y el tiempo y que quizás por momentos ha sido cansador, pero que no se deja de vivir con alegría porque los abraza la convicción de estar haciendo lo correcto.

 

 

–Es difícil romper muchos prejuicios que existen respecto de la marihuana. ¿Fue tu caso?

–En mi caso particular no, porque soy un ser muy curioso y en cuanto me interesa algo busco información y me sumerjo en ese mundo hasta comprenderlo. Sí me tocó acompañar a personas en ese camino de derribar prejuicios y es superinteresante y enriquecedor hacerlo.

–¿Qué hay que tener en cuenta al momento de cultivarla? ¿Cómo definirías a la planta?

–La marihuana es maravillosa, cuando cultivas la planta va creciendo y a la par va creciendo uno. Enseña de tiempos, paciencia, autoconocimiento, compañerismo.

 


Mamá Cultiva Argentina es una ONG autogestiva que se formó en el año 2016 por un grupo de mujeres madres de hijos con diferentes condiciones de salud para brindarles mayor calidad de vida. Brindan talleres informativos para las personas que quieren empezar a cultivar, para quienes ya lo hacen y quieren aprender a hacer preparados y otros tipos de cultivo, por ejemplo. También capacitan profesionales, dan notas, producen posts, podcasts, asisten a marchas, siempre con la intención de acompañar para derribar temores.


–¿Qué cambios ocurren en cada madre que inicia, ya sea con un hijo o familiar, un tratamiento terapéutico? 

El principal cambio se da cuando ese ser querido mejora su calidad de vida. Si soy cuidadora de alguien que está un poco mejor, yo también estoy un poco mejor. Cuando les abre el sueño, el apetito, conectan, se ríen, no les duele, hay algo que se desanuda. Siempre decimos que cada historia es evidencia, no solo está la científica. Creo que cualquier persona que acceda al saber no puede estar en contra del cannabis para la salud.

–Me imagino que conoces muchas historias de estas. ¿Cuál es la que más recordás?

–Hay una historia que para mí engloba mucho de lo que es el cannabis. Una chica decide cultivar para su abuela, el aceite que produjo con esa planta no tuvo todos los resultados que esperaban, así que se puso a cultivar otra cepa. Mientras esto sucedía, un amigo le avisa que le detectaron cáncer y que debía empezar con quimioterapia. Ese aceite que en un principio era para su abuela terminó siendo el que acompañó a su amigo por su tratamiento. El cannabis es eso, es entender el tiempo de los procesos y es solidaridad.

 

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