La juguetera de Cuadro Nacional se reinventó esta cuarentena

Por Mayrin Moreno Macías

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“Las mujeres somos muy capaces. Podemos trabajar electricidad, plomería, carpintería, herrería. No hay nada que nos lo impida”, dice Emilce Molina. Ella es la juguetera de Cuadro Nacional. A sus 42 años está orgullosa de ser carpintera.

Su taller “Mini Molina” queda en la calle Sarmiento 2293 de aquel distrito. Este lugar representa su mundo. Allí vive con su familia y sus herramientas. “Es mi cable a tierra, mi esperanza, mi ilusión, es todo mi taller. Amo hacer lo que hago y le sigo poniendo ganas, sigo participando de las ferias, con la incubadora Génesis que me apoyan un montón, haciendo capacitaciones y con el sueño de alcanzar mi objetivo: tener mi juguetería propia”, dice Emilce.

Ella agradece que al principio del aislamiento muchos padres que veían a sus hijos sin capacidad para imaginar, como zombies mirando la TV, jugando videojuegos o con la cabeza baja con un teléfono celular entre las manos sin darle descanso a la vista, buscaron alternativas de juegos y le hicieron algunos encargos. Sin embargo, los últimos meses Emilce no ha tenido ingresos porque está todo parado. Los costos se dispararon, así que mientras espera que se estabilicen los precios de la materia prima para tener un estimado de lo que puede cobrar, empezó los fines de semana a hacer pan casero y tortitas para sustentarse y pagar su rehabilitación. Porque aunque su cuerpo esté malito, ella no pierde las ganas ni la buena onda. “También esperamos las fiestas, la llegada de Papá Noel a ver qué sucede y si podemos hacer ventas de nuevo”.

Transformar la madera

Cada pieza de madera que entrega Emilce es un trozo de ella. Cuando termina alguna creación se emociona y dice: “No puedo creer que esto lo hice con mis propias manos”. Sus orígenes con el trabajo manual se remontan al año 2011, cuando confeccionaba muñecos de trapo. Luego quiso incorporar la madera a esos muñecos y una amiga la invitó a la escuela Feliú a realizar el curso de juguetería en madera.

Recuerda que el primer juguete que hizo fue un ta te ti. De allí en adelante no paró. Se familiarizó con la madera, la mola, la lija y la circular. Hizo bandejas, cajas de té, juegos de sillitas, pero se quedó finalmente con los juguetes y lo que hacía en miniatura ahora lo hace más grande, la gente le pide muebles, casas de muñecas, camas y juegos de cocina de más de un metro.

Emilce también ha organizado talleres de creatividad para chicos y en diciembre del año pasado, con una barba blanca y un traje rojo, recorrió junto a su familia La Nora, el 43, Colonia Española, Cuadro Bombal, Las Carolinas y el asentamiento de Cuadro Nacional para entregar juguetes a los más pequeños. Estas fiestas lamenta no poder hacer esta travesía nuevamente, pero algo inventará…

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