El próximo 16 de noviembre se cumplen 70 años de la fundación de Malargüe. Es por ello que compartimos este texto de uno de sus hijos, el escritor y recitador Martín Sánchez, quien ha sabido plasmar en numerosos poemas el devenir del más austral de los departamentos mendocinos.
Cosas de un peón
Y aunque no quería
jugó como a imitar
que iba a ensillar.
Miró casi de reojo
pues ya era sabido,
que su destino final
era el mismo olvido.
Se le hace un calvario
al que tranquea solitario
pensando otro escenario.
Si ni siquiera imagina
dónde la noche lo va a pillar
o hará un alto para alojar.
Sendero a veces errante
el del Peón Trashumante
dos bolsos de ropero
y su espíritu andariego
el frío de mayo lo hizo bajar
pero ya no va a regresar.
¿Qué será lo que siente?
Mientras cama le tienden,
improvisando su habitación
donde un lejano pariente.
Trae en la caja un capón
Barrio Los Intendentes.
Trashumante pero Peón
dura forma de aguantar,
carga ese precio de veras
trabajar desde la primavera
después hay que esperar
y en el pago se entrevera.
Yo siempre te recuerdo
en mi Infancia de Pueblo
sentado en la banqueta,
tres caramelos al bolsillo
qué alegría tan inmensa
cuando era solo un niño.
Y aunque no quería
jugó como a imitar
que iba a ensillar.
Miró casi de reojo
pues ya era sabido,
que su destino final
era el mismo olvido.
¿Habrá un cielo separado
para Peones y Arrieros
que se hayan adelantado?
¿Se juntarán a rememorar
historias de jineteadas
y aquellas glorias pasadas?
Galopean en mi mente
nombres gradualmente
Andares cansinos,
miradas profundas,
seres y humanos sencillos,
más un recuerdo latente.
«Dele saludos al mañoso
y cóbrese la naranjada,
después se la va a tomar
total ya la tiene ganada»
Unas de tantas gauchadas
que no te alcancé a pagar.
«Ésta es la plata de la rifa
que el otro día me hizo ver»
Sin saber para cuándo,
sin intenciones de ganar
ya estaba en su deber,
solo me quería ayudar.
¿Sabés? Nunca te olvidaría
si aún saco tu sombrero
corro jugando al ratero
y vos haciendo de policía
en un sueño guardado,
entretenimiento del pasado.
Ya con el paso del tiempo
me dijiste con ternura
«Martín qué grande estás»
yo te abracé contento
y estreché fuerte tu mano
en forma de agradecimiento.
Cosas que me dio el Bar
cosas de un Peón Amigo
cosas que solo el camino
me hizo ver para mostrar.
A vos mi hermano leal
hoy te vine a saludar.
Si la muerte es tan puntual
de eso no hay que renegar.
Me quedan mil versos más
por cada tarde de naipes,
que casi casi por azar
juntos supimos despuntar.
Sendero a veces errante
el del Peón Trashumante
dos bolsos de ropero
y su espíritu andariego
el frío de mayo lo hizo bajar
pero ya no va a regresar.