Por Mayrin Moreno Macías
Para mujeres y hombres es una práctica liberadora. Estar de cabeza, extender los brazos y las piernas, enlazarlas, girar. Quienes lo hacen no son “strippers” ni bailarines exóticos. De hecho, su destreza requiere de equilibrio, fuerza y gracia. Para quien no lo sepa, el Pole Dance logró convertirse en deporte. “Es un verdadero reto para el cuerpo”, dice Gabriela Mansilla.
Ella es profesora de yoga integral y deportivo, instructora de stretching y de Pole Dance. Al inicio de la cuarentena se le hizo difícil trabajar. Su economía se fue al piso, pero como estaba por nacer su cuarta hija, aprovechó, descansó y puso sus energías en esa nueva etapa. También ocupó el tiempo e impartió clases de yoga para embarazadas y deportivo online. Luego del nacimiento de su nena, a mediados de agosto, empezó de nuevo las clases de Pole, porque de forma virtual se les complicaba a muchos y además no todos tienen una barra en su casa. Esta cuarentena también le sirvió para capacitarse de forma online. “Estoy rindiendo el tercer nivel de pole sport con Belén Serra, ella es campeona mundial y una atleta de orgullo nacional. Es muy bueno acercarnos de esta manera y seguir trabajando y realizando nuestros sueños de forma virtual”, dice Gabriela.
A la academia Skill PoleDance San Rafael, creada por Gabriela, ubicada en Balloffet 631, actualmente asisten dos personas para respetar el distanciamiento. Cada alumno va con barbijo, toalla personal y su agua para hidratar. Los poles son limpiados con alcohol en cada ejercicio. Gabriela también usa lavandina para limpiar piso y tatami.
Esta disciplina llegó a su vida hace tres años. Hacía acroyoga y viajaba a Ciudad de Mendoza para capacitarse. En San Rafael tomó algunas clases de Pole con un chico, pero como viajaba continuamente a la capital de la provincia, decidió estudiar y tomar clases allí, donde encontró excelentes instructoras de Pole. “Cada vez que volvía de Mendoza (Ciudad) de tomar clases, era una mezcla de dolor y felicidad. Me costó mucho, quizás más que cualquier otra disciplina, yo empecé danza clásica a los 30 años y amé la danza clásica, me costó bailar en zapatos de punta, pero Pole me desafía de una manera distinta, me propone ser fuerte, conocer mi propio cuerpo y eso me encanta. Me enamoré de ese esfuerzo y de la propuesta que me da. Para practicar esta disciplina hay que estar dispuesto a saber que algunas cosas no van a salir de entrada. El Pole Dance es un desafío constante que nos cambia la vida y la forma transitarla”.
Otro desafío
Gabriela cuenta que también fue un desafío lograr que el Pole Dance sea considerado un deporte. Katie Coates, presidente de la Federación Internacional de Deportes de Pole Dance, fue quien creó una petición en línea para elevarlo a la cima del deporte.
–¿Por qué algunos lo tildan dentro de una categoría vulgar o que se hace por un disfrute sexual?
–Desde inicios del nuevo milenio, organizadores de competiciones del llamado “Pole Dance Fitness” han luchado para cambiar la percepción que se tiene de esta práctica. Se busca diferenciar el arte de hacer Pole Dance de los bailes que tienen una connotación sexual y que han sido empleados frecuentemente en uno que otro strip club. Es un deporte que tiene una fuerte relación con el llamado Mallakhamb. Este se practica en la India y sus orígenes se remontan al 1135 d.C, aunque no fue hasta el siglo XVIII que fue puesto en práctica. El Pole Dance de Occidente ha tomado como base el Pole chino o el hindú, pero lo que sí es cierto es que los movimientos exóticos y sensuales fueron incorporados. En los últimos años, el Pole Dance ha ganado popularidad y ha logrado ser visto no solo como una manera de ejercitarse, sino como un deporte e incluso un arte. En países como Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, el interés por parte de los hombres en practicar este deporte ha ido en aumento y hay escuelas exclusivas para ellos.
Gabriela remarcó que en las competiciones que se hacen en distintas partes del mundo se prohíbe estar desnudo y están enfocadas hacia el lado artístico y acrobático. La primera competencia se llevó a cabo en Ámsterdam en 2005 y la ganadora fue Elena Gibson, quien unió el ballet clásico con el Pole Dance. Y el primer hombre en resultar ganador fue el bailarín Zhang Peng en 2007.
IG: skillpoledancesan