Descubren agua en la zona iluminada de la Luna

Por Jaime García
Instituto Copérnico

 

El agua en la Luna puede ser más abundante y accesible de lo que se pensaba. Esto es motivador para las futuras misiones de exploración de nuestro satélite natural, planeadas para los próximos años.

El mediodía de hoy, 26 de octubre de 2020, la NASA anunció que su Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA, por sus siglas en inglés) ha confirmado, por primera vez, la presencia de agua en una parte de la superficie de la Luna iluminada por el sol. Este descubrimiento indica que el agua puede estar distribuida por la superficie lunar y que no se limita a lugares fríos y sombreados como se pensaba inicialmente y se había determinado con anterioridad. 

SOFIA detectó moléculas de agua (H₂O) en el cráter Clavius, uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna. 

 

 

Observaciones anteriores de la superficie de la Luna habían detectado alguna forma de hidrógeno, pero no habían podido distinguir entre el agua y su pariente químico cercano, el hidroxilo (OH). Las mediciones realizadas en esta ubicación revelan agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, aproximadamente equivalente a una botella de agua de 355 mililitros atrapada en un metro cúbico de suelo, esparcida por la superficie lunar. El estudio con observaciones de SOFIA fue liderado por Casey Honniball, de la Universidad de Hawaii en Manoa e integrante del Centro Espacial Goddard, de las NASA. 

Los hallazgos se publican en dos artículos de la revista Nature Astronomy, con fecha de hoy, de sendos equipos independientes. El ya mencionado liderado por Honniball, está disponible aquí. El otro, liderado por Paul Hayne, de la Universidad de Colorado en Boulder, puede leerse aquí.

Paul Hayne y su equipo utilizaron imágenes y mediciones de temperatura obtenidas por el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA (LRO por sus siglas en ingles) para mapear regiones frías y permanentemente en sombra en la luna, que se cree que son los lugares más propensos a contener hielo debido a su falta de exposición a la luz solar.

Si bien ha habido mucha evidencia de la presencia de agua en la luna, anteriormente se pensaba que estas «trampas frías» estaban restringidas a cráteres profundos de varios kilómetros de ancho. Sin embargo, el equipo descubrió que también hay micro trampas frías, áreas en la escala de metros y milímetros que están permanentemente en sombra y, por lo tanto, podrían contener hielo más accesible. En total, los investigadores estiman que las trampas frías ocupan unos 40.000 kilómetros cuadrados, o aproximadamente el 0,1 por ciento de la superficie lunar. La existencia de estas trampas tornaría muy accesible la extracción para la utilización, por parte de los futuros astronautas, tanto para abastecerse de agua como de oxígeno. 

 

 

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