Williams Morales

Por Yurimia Boscán

El Dios que adora vive en un plato de cochino frito, ante el cual se postra para demostrar su fe, sobre todo si el devocionario viene acompañado con hallaquitas de chicharrón y mojito picante. Pero no solo la fe por el marrano frito mantiene a Williams, alias Pollyparanoia, en sintonía con la realidad… como buen hijo del asombro, siente una irrefrenable vocación por coleccionar azares, con los que nutre su maleta de mimo para sacarlos a relucir en cualquier semáforo, pues para él “la escena es la vida; el planeta, el escenario”.

Es un militante de la alegría, para quien reír y vivir son sinónimos, los cuales usa con alevosía para incendiar al mundo con esa voluntad tan propia de los necios. Tal vez por eso, decidió dedicarse seriamente al oficio de la risa, convencido de que ésta habita en los lugares más insospechados, como debajo de los bancos de las plazas, en los rallados de las calles o los botones de los ascensores… Este extraño ser que recita largos parlamentos a la perfección, que hace acrobacias, baila tango y no teme hacer el ridículo, ha descubierto que lo único que puede derribarlo, es el vuelo parsimonioso de las mariposas cuando les da por hacer círculos melancólicos entre su estómago y su corazón.

williams morales

 

El Credo del Poeta

Creo en lo que hago con la terquedad del necio, y creo en el necio que ama lo que hace con la obstinación de la gota.

Creo en la risa, en la sátira, en la ironía, en la comedia, como los súper poderes más fantásticos del ser humano.

Creo en Aquiles Nazoa, en los poderes sanadores del cochino frito, bálsamo del pobre ido de alma.

Creo en la plaza como la mejor oficina en la que he trabajado, en el aplauso como reconocimiento y no como sustento del aplaudido.

Creo en la sensibilidad humana, en Darwin, en la selección natural que nos hace ser los primeros a la hora de la extinción divina.

Creo en la magia, en la fantasía, en el vuelo de la mariposa, en la fluidez del río, en la caída del árbol solitario, en los cuentos de caminos, en el astuto Florentino, en el fuego sagrado de Prometeo.

Creo en el arte, en lo auténtico, en la reinterpretación, en lo orgánico, en la sencillez del cuerpo, en la calidez del silencio, en la expresión de la mirada, en los tiempos perfectos, en la musicalidad del cuerpo expresada en la salsa malandra.

Creo en la habilidad de la palabra, la aceleración del conflicto, la ruptura y en lo inesperado.

Creo en la vida. En la vida sobre el escenario.


Williams Darío Morales Evies (Barquisimeto, 1980). Ingeniero en Mantenimiento Mecánico. Licenciado en Diseño Integral. Payaso de religión y artista de circo por vocación. Director de teatro, zapatero, amigo, sastre, herrero, carpintero, pintor, amante, oficinista, productor, vendedor, padre, deportista, bailarín, constructor, dueño de un bar, piloto pruebas, viajero  y orgullosamente ridículo profesional

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