Por Camilo F. Cacho
Mustapha Handar nació en Agadir, Marruecos, en 1982. Es amante del mar, las playas y la pesca. Es profesor de lengua española en secundaria. Ejerció la docencia universitaria en las áreas de Lengua y Civilización Hispánicas, Español Comercial, Lengua y Comunicación Españolas.
Lo que más le atrajo del mundo hispanohablante fueron los acentos y formas de hablar español que difieren de un país a otro, las grandes civilizaciones precolombinas, las tradiciones y leyendas de los pueblos indígenas y sus extraordinarias lenguas, además de la música, el cine y los platos gastronómicos hispanoamericanos que de vez en cuando intenta cocinar.
Llegó al género de la microficción a través de Augusto Monterroso, cuando descubrió su cuento «El dinosaurio», considerado el más breve del mundo.
En cuanto a la minificción, dice que en Marruecos todavía no hay una recepción de este género, y tiene como proyecto mesiánico poder introducirlo en su país.
Conozcamos un poco más de este único miembro del continente africano y de lengua árabe que forma parte del colectivo Minificcionistas Pandémicos.
¿Cómo llegó a vos la literatura española? ¿De qué forma te comenzaste a vincular a través de esta lengua? ¿Qué cosas te llamaron la atención de la cultura hispanohablante?
Bueno, la existencia de Marruecos en este grupo parece un poquito particular porque los países que forman parte del mismo son puramente hispanoamericanos cuya lengua común es el español, mientras que Marruecos es un país norteafricano, oriental y su lengua oficial es el árabe. Aprovecho para hablar en breve de la diversidad lingüística de mi país que estriba en la coexistencia de varios idiomas y dialectos. Por un lado tenemos el árabe clásico o culto y el francés que se emplean en la administración y legislación. Por otro lado, la población del país se comunica mayoritariamente a través del dialecto marroquí al que yo considero como una bitácora multilingüística ya que está influido por el árabe, el bereber, además del francés y del español debido a que Marruecos estuvo bajo el Protectorado de Francia y España entre 1912 y 1956. Los marroquíes se comunica también por medio de las tres variantes de la lengua bereber: tarifit, tamazight y tachelhit usadas en las zonas bereberófonas. También existe un dialecto derivado del árabe clásico utilizado de manera cotidiana en el Sahara marroquí y que se llama el hassanía.
En cuanto a la literatura española pues me llegó a través de la adquisición del castellano como segunda lengua extranjera en el liceo y después en el ciclo universitario donde cursé Estudios Hispánicos. De este modo yo comparo mi existencia en el colectivo con la existencia de las palabras de etimología árabe en el español. …Risas…
Lo que más me atrajo la atención del mundo hispanohablante es su maravillosa literatura; y después, los acentos y formas de hablar español que difieren de un país a otro, las grandes civilizaciones precolombinas, las tradiciones y leyendas de los pueblos indígenas y sus extraordinarias lenguas, además de la música, el cine y los platos gastronómicos hispanoamericanos que de vez en cuando intento cocinar en casa. También me gusta muchísimo la literatura española de proyección marroquí sobre todo aquellas obras inscritas en la tendencia narrativa anticolonial sobre Marruecos y sin duda alguna la extraordinaria historia de Al-Ándalus que une entre los dos países sempiternamente vecinos España y Marruecos. Antonio Abad, escritor español oriundo de Málaga, dijo que “hay tan solo 14 km de distancia entre los dos, pero ocho siglos de convivencia e historia común entre ambas naciones y pueblos” aludiendo precisamente a esta época que duró desde 711 hasta 1492.
¿Cómo llegaste también a conocer el género de la minificción? Existe este género en tu país?
Esta pregunta me remonta al año 2001 cuando era alumno en tercer año de bachillerato. Estaba haciendo mis pinitos en el aprendizaje de la lengua castellana y todavía no tuve ningún contacto con la literatura española ni con la hispanoamericana. En aquel año, durante una noche, mientras estaba ojeando un manual de español publicado en España que me compré en una pequeña librería de libros de segunda mano, me llamó la atención un título que reza «El relato más breve en el mundo«, seguido de un brevísimo texto compuesto de ocho palabras y un título que reza El dinosaurio. Debajo del texto se menciona el nombre de un escritor llamado Augusto Monterroso. Lo leí y releí varias veces, pero no llegué a comprender su esencia. No obstante, dicho texto quedó grabado de cierta manera en mi memoria. Muchos años más tarde, me topé en internet con textos breves de Juan José Millás. Me gustaron sobre todo por su brevedad, pero no sabía que existía el género de la microficción hasta que descubrí algunos brevecuentos de Enrique Anderson-Imbert de su libro “Las pruebas del caos” , otros de Jorge Luis Borges y de Franz Kafka que encontré en internet; “La oveja negra y demás fábulas” de Augusto Monterroso; “las palabras andantes” y “Espejos” del extraordinario escritor Eduardo Galeano; “Historias de cronopios y de famas” de Julio Cortázar; “Falsificaciones” de Marco Denevi; “Cuentos completos” de Rubén Darío; y, para terminar, los minuciosos estudios realizados por Lauro Zavala y Violeta Rojo sobre dicho género. Creo que la casualidad, las revistas electrónicas y blogs que se dedican diariamente a la difusión de la minificción y de sus cultores desempeñaron un papel preponderante para que yo descubriera este género tan embrujador que en su amor terminamos cayendo todos.
En mi país existen varios tipos de literatura: la literatura en árabe, la literatura bereber, la literatura marroquí de expresión francesa y la literatura marroquí en lengua española. Yo me inscribo en esta última. Es una fantástica literatura que va en franco crecimiento y que sigue conociendo cada vez más esplendor en poesía, novela, ensayo y relato. En cuanto a la minificción, pues, desgraciadamente, en Marruecos todavía no hay una recepción de este género el cual sigue siendo ignorado por la gran mayoría.
¿Cómo llegaste a formar parte del colectivo internacional de microficcionistas pandémicos y que ha significado tu experiencia dentro del grupo?
Llegué a formar parte del colectivo por invitación de mi amigo y gran escritor chileno de microficción Camilo Montecinos Guerra. Él fue quien me contactó, me explicó en qué consiste el proyecto y cuáles son sus objetivos y me propuso que integrara el equipo de autores miembros. Acepté de inmediato y luego nos autodenominamos Minificcionistas Pandémicos. Inicialmente éramos 16 escritores y ahora llegamos a ser 19 miembros representando a 13 países diferentes.
Integrar este colectivo internacional es, para mí, una epopeya, una experiencia muy nutritiva en la medida en que me permitió conocer a microrrelatistas de países y culturas distintos a los míos. Este colectivo es también un laboratorio ya que me ofrece la oportunidad de leer a cada integrante, descubrir diferentes micromundos, nuevas técnicas y trucos de orfebrería minificcionales, la variedad de estilos y lenguajes, distintos punto de vista en torno a un mismo tópico definido… En fin, disfruto mucho escribiendo microrrelatos y empapándome del trabajo artístico que cada uno aporta a esta estupenda modalidad narrativa de la microficción. Así, entrambos vamos enriqueciéndonos el uno al otro, trabajamos juntos como una familia con afecto y cariño en un ambiente caracterizado por una fraternidad e interculturalidad ejemplares.
¿Qué proyectos tienes a futuro y qué cosas te quedan por concretar?
Actualmente tengo reunidas más de 130 minificciones que abordan múltiples temáticas y de distintas facturas: las hay de género noir, románticas, fantásticas, de terror, infantiles, realistas, de crítica sociopolítica y policiales. Componen un libro de microrrelatos el cual espero publicar muy pronto. Es un proyecto de tope importancia tanto para mí como para la literatura marroquí en lengua española que aún no ha conocido la minificción o el microrrelato como género literario muy promisorio, que está muy en boga en el mundo hispanoamericano y que «es la escritura del próximo milenio» como asevera el maestro mexicano y teórico de la minificción Lauro Zavala.