Por Mayrin Moreno Macías
A la hora de la siesta el corazón de Silvita Germanó palpitaba con fuerza. Tenía 4 años. Pasaba largo tiempo en casa de su abuela Carmela y veía lo que ella veía: “Ricos y famosos”, “Celeste siempre Celeste”, “Montaña rusa”. “¡Eran tremendos dramones! Me encantaba ver a las actrices llorar, sufrir, hacer sufrir, esconder amores prohibidos, vencer, morirse de un empujón al vacío o siendo atropelladas por la señora de la casa. Fueron pasando los años y la ficción siempre estuvo presente, creo que es una de las cosas que más disfruto hacer: ver los mundos imaginarios de otrxs y crear los míos propios y quedarme un ratito ahí”, dice Silvita, quien peregrina por los senderos de la docencia, la actuación y la dirección teatral.
Este sábado 5 de septiembre a las 22 horas en punto transitaremos uno de esos mundos en el que cuatro intérpretes, en esta ocasión Torrijos, Castro, Prada y Germanó, se renuevan atravesados por cuatro historias unidas en una misma temática, con la propuesta de Tecnovivio Teatral “Yendo de la escena al living”. Silvita explica que el término TECNOvivio se debe a que la presencialidad (el aquí y el ahora) que caracteriza al teatro se ve reemplazada por la mediación de un dispositivo tecnológico, y desaparece el CONvivio, que une a intérpretes con espectadores en esas coordenadas de tiempo y espacio.
–¿Cómo vives el teatro? ¿Has tenido que superar etiquetas y prejuicios?
–El teatro es un mundo tan amplio y tan infinito, diría que imposible de encasillar. Una de sus tantas características es su poder sanador en el sentido social y humano, su capacidad para permitirnos entrar en un juego donde podemos ser nosotras mismas a la vez que un otre. Esa capacidad nos hace un poco más humanxs. Eso implica todo: las contradicciones, las formas de la humanidad. Entonces esas etiquetas y prejuicios se empiezan a romper y a desdibujar. Algunas desaparecen. Y ese cruce de la ficción y la realidad es el que más me interesa. En la escena yo soy ese personaje, pero también sigo siendo yo con mi cuerpo, con mi voz, con mis pensamientos. El personaje que me toca me puede ayudar a ver cosas que yo no veo, a sentir cosas que nunca he sentido… Y lo que me parece hermoso es entender que muchas veces al día estamos actuando, estamos interpretando un papel o un rol, como lo aprendimos o como nos enseñaron. Todo tan naturalizado, pero que siempre se puede desnaturalizar o, como decía Brecht, un interesante director alemán: “Extrañar/distanciar”.
Todo junto
Para Silvita, cada proyecto tiene lo suyo. Le resulta emocionante desde que elige el momento de estar con esas personas en el escenario. Le agarran cosquillas en la panza, ansiedad, miedo, todo junto. “El hecho de que salgas a escena o estés detrás como directora/técnica y haya un público esperando del otro lado, que ha ido a verte, que pagó su entrada y que quiere compartir ese momento… Guau”, exclama.
Una de las puestas que ha disfrutado mucho es “Invertidas” (junto a Marcos Martínez y Yamila Forte). La pudieron sostener por largo tiempo en el cartel, en diferentes encuentros y festivales. “Ahí es cuando te rinde la cosa, tantos meses o años de laburo. La disfruté por todo el proceso de creación y por la llegada que tenía al público que, por suerte, siempre salía interpelado”.
El arte nunca se queda fuera de la movida
Hoy en la Argentina una mujer es asesinada cada 32 horas. Según el informe del Registro Nacional de Femicidios Observatorio “Mujeres, Disidencias, Derechos”, desde el 1° de enero al 30 de agosto de 2020 se cometieron 181 femicidios, de los cuales 118 se produjeron durante el contexto de pandemia Covid-19. Además, hubo 167 intentos de femicidios y 193 niños, niñas y adolescentes quedaron sin madre.
Silvita atraviesa esta situación. Para ella es nítido: “El arte nunca se queda fuera de la movida. Siempre ha sido y es una gran herramienta para visibilizar, criticar, reclamar, desnaturalizar, construir”. Viaja a 1985, a ese momento alentador, el Encuentro Nacional de Mujeres, ahora Plurinacional de Mujeres y Disidencias, y hoy le anima la cantidad de propuestas, de proyectos, de movidas culturales impulsadas por ese movimiento que desea un cambio, que esa bronca acumulada por años se transforme en más cuerpxs en los escenarios contando, exhibiendo, haciendo, interpelando y siempre a la vanguardia de los debates actuales –dice-.
“Mientras haya gente reclamando, poniéndole el cuerpo y la cabeza, ya sea en la calle, detrás de un flyer, en los medios, en agrupaciones y organizaciones sociales, en los círculos de trabajo/estudio/ocio, abriendo debates y analizando la realidad y cómo las relaciones de poder favorecen a unos pocos y perjudican a la mayoría, deconstruyendo las ideas y costumbres que nos han impuesto desde hace siglos, rompiendo mandatos y construyendo desde lo micro a lo macro nuevas posibilidades de convivir y vincularse, mientras todo esto siga sucediendo, creo que una nueva realidad más justa para todxs es posible”.
Yendo de la escena al living: «La Siesta»
Será una única función. 22 horas puntual por Zoom. Descarga previamente la app. Se dará acceso desde las 21:30 para disfrutar de la Muestra Fotográfica del reconocido fotógrafo
@damiansoloducha. Las entradas se pueden adquirir a través de @teatroenlanube o www.teatroenlanube1.com
Intérpretes: Jessica Torrijos, Federico Castro, Ana Prada y Silvia Germanó
Dramaturgxs: Sacha Barrera Oro, María Vilchez Aruani, Sergio Martínez y Ana Suárez
Producción general: Claudia Racconto
Dirección general: Rubén González Mayo