Marvin de los Ángeles Colmenares

Por Yurimia Boscán

Marvin Colmenares

Si algo tiene Marvin por encima del vasto mundo que la rodea es que ejerce su derecho a mirar distinto las pequeñas cotidianidades que nos vulneran o nos robustecen… por ello, el credo que hoy nos ofrenda, es producto de su vivencia mágica como aprendiz de hechicera.

Pertenece a esa raza de mujeres que bailan hasta el amanecer sosteniendo la olla del arcoíris en sus pupilas.

Por años intentó encajar en el statu quo que, silenciosamente, mustia y cercena las alas de luz con las que llegamos al mundo. Sin embargo, a Marvin ─que no por azar también es “de los Ángeles”─ no le llevó mucho descubrir que, además de embelesar a todos con su voz maravillosa de cuenticantora, debía aprender a verse a sí misma con el caleidoscopio de su alma.

Desde entonces siempre mira más allá: Rescata los resquicios, despeja el tragaluz, valora las simetrías y asimetrías de los reflejos, florea en la soledad, crece en el vacío (al que ya no teme). Ella vive poéticamente su femenina esencia… y por ahí anda, de puntillas, haciendo magia en la vida de otros, multiplicando la belleza…

Credo de Marvin de los Ángeles Colmenares

Creo en la marcha eterna y espiral que emprendió mi alma viajera en un tiempo sin tiempo y en un espacio sin espacio del cual procedo.

Creo en la voluntad, vitalidad y fuerza sensual, como vehículos que favorecen este recorrido; en las acciones cotidianas que sacralizan el camino de evolución, y en el coraje de las capitulaciones necesarias.

Creo en las palabras que instauran al mundo.

Creo en el alado divino que me habita, unidad indivisible de la que se origina mi multiplicidad.

Creo en la búsqueda de sentido, indestructible e invariable quintaesencia que enrumba mi singularidad hacia su encuentro cósmico.

Creo en la capacidad de contemplación, reflexión y comprensión que me envuelven en para hendir los senderos.

Creo en la nigredo, potencia de experiencia; en las incertidumbres místicas de albedo; en la conciencia iluminada de la rubedo y su carácter numinoso.

Creo en mi facultad alquímica: Sal Saturni, que confronta y reintegra; Sapientia Dei, de la intuición liberada, y la Stella Maris, que enciende la consciencia.

Creo en el eterno comienzo, principio pendular, danza mágica, movimiento, alteralidad, perfección, misterio y asombro.

Creo en mí, ergo creo en Dios.

Y definitivamente, creo en la vida, y en la forma en que he elegido vivirla: ¡Poéticamente! Dueña y señora de un reino que nunca será mío, donde miro desde la poesía, donde siento como la poesía. Una vida donde SOY la poesía…

Marvin de los Ángeles Colmenares es profesora de Lingüística y Literatura. Especialista en Educación Inicial, magíster en Orientación Educativa y doctora en Innovaciones Educativas. Es autora del libro Una pedagogía de los arreboles y los poemarios Cuerpo Navegable y Presencia Galopante. Narradora oral, cantora. Productora Radial. Gestora de la propuesta Poética de lo Femenino.

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