Por Msc. Miriam Macías
Especialista en terapia naturales
La meditación es una disciplina que tiene al menos 5.000 años de antigüedad. Se hace concentrando la consciencia de la persona en el silencio y la quietud del momento para calmar el cuerpo y la mente. Al respecto, el profesor de la Universidad de Massachusetts Jon Kabat-Zinn expresó que «La meditación es la simplicidad en sí misma. Se trata de detenerse y estar presente. Eso es todo».
En la meditación la persona dirige su atención hacia una palabra, un sonido, una oración, una imagen, a la vez que controla la respiración, así su mente se instala en el presente y su cuerpo se abre a la paz que emana desde el interior.
Diversos estudios realizados en prestigiosos centros de estudio, como la Universidad de Wisconsin-Madison, han demostrado que la práctica de la meditación en forma regular reduce la ansiedad y la depresión e incrementa las emociones positivas. En consecuencia, se considera de gran ayuda en los tratamientos de las cefaleas tensionales, psoriasis, presión arterial alta, cáncer, fibromialgia, dolores crónicos y obesidad.
Por esta razón, la meditación se asocia al aumento de la esperanza de vida y de la felicidad, lo que a su vez se traduce en un sistema inmune más fuerte.