Por Eliana Soza Martínez
Melanie Taylor Herrera, violinista y microficcionista panameña, lleva ambas carreras artísticas paralelas. Cada una llegó a su vida muy temprano y ha enriquecido a la otra de diferentes formas. En cuanto a la escritura, a través de su experiencia afirma: “La minificción, para mí, requiere mantener la tensión del lector y decir mucho sin escribir mucho”.
Ser parte de los Minificcionistas Pandémicos le planteó retos, que ahora disfruta junto a sus compañeros y compañeras. A corto plazo tiene planeado publicar libros de cuento novela y poesía.
–¿Qué llegó primero a tu vida: la música o la literatura?
–La literatura. Empecé a leer a los 5 años y tuve el impulso natural de escribir cuentos para entretenerme desde niña. A los 18 años fui con mi madre a un taller literario donde hablaron de teoría del cuento, técnicas literarias y de lo importante también de la disciplina al escribir. Desde entonces ya escribí con mayor formalidad. La música entra a mi vida a los 6 años con clases de piano y a los 9 con clases de violín, convirtiéndose el violín en una ocupación profesional.
–¿Cómo influye la música en tu proceso creativo de minificción?
–Para escribir minificción no escucho música. Lo hago si escribo un ensayo o los intentos de novela que he hecho en el pasado. He escrito cuentos sobre músicos. Sin embargo, la minificción para mí requiere mantener la tensión del lector y decir mucho sin escribir mucho. Juego a menudo con las ideas de minificción en mi mente, sobre todo con la forma. ¿Cómo puedo decir esto de forma irreverente, utilizando opuestos, desafiando lo que espera el lector?
–¿Tuviste la tentación de cambiar el destino de uno de tus personajes porque te encariñaste con él o ella?
–La verdad no. Tengo un cuento que pueden leer en mi blog «Cuentos al Garete», descargarlo, se llama El Viaje y la protagonista es una mujer negra esclavizada que se ve obligada a tomar una decisión cuando la Ciudad de Panamá es tomada por piratas ingleses. El incidente histórico de la toma de la ciudad es real. La decisión de la protagonista es dura pero sentí que iba con su carácter. Lo bueno de la ficción es que la muerte, enfermedad, crisis y locuras de los personajes se pueden cambiar de un borrón. En la vida real el dolor no se borra tan fácil.
–¿Cuál fue el reto que te costó más en los temas planteados por los Minificcionistas Pandémicos? ¿Por qué?
–Sinceramente, al inicio lo de los temas fijos me hacía algo de ruido, pero lo bueno de un reto es que te fuerza a usar la imaginación. Así que ahora me parece bien porque permite ver la variedad de estilos alrededor de un tema. Ahora que me ha tocado reinventarme y doy clases por zoom, lo que me cuesta es el tiempo, pero estoy decidida a seguir en el grupo porque veo que crece organicamente en ideas.
–¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?
–Publicar. Tengo una serie de cuentos que escribí entre marzo y mayo. Además una novela inédita y unos poemarios que desde el año pasado deseo compartir . Tengo que publicar.