Por Bautista Franco
La noticia del fallecimiento de Tatiana Guzmán se esparce rápidamente en las redes sociales por la indignaciónque genera. Tenía 15 años y estuvo 10 días internada con estado reservado producto de un intento de abuso y posterior asesinato. El hecho sucedió el día lunes 7 de julio. Tatiana tuvo dos operaciones por las diversas heridas, dos de ellas en lugares vitales de su cuerpo.
El crimen fue perpetrado por Diego Ángel Lea, un vecino de 38 años que se había dado a la fuga, pero fue encontrado un día después escondido en un automóvil.
Ahora el acusado, que permanece callado, sería imputado por femicidio. Desde el año 2012 existe esta figura legal en la Argentina, aplicable como agravante de un homicidio en caso de que la víctima sea una mujer o persona que se autoperciba como tal y que la razón del hecho sea por la misma condición de género. La figura es una conquista producto de grandes movilizaciones y campañas de la marea de mujeres.
El movimiento de mujeres de San Rafael se está organizando para realizar acciones en reclamo de justicia por la joven, que vivía en Atuel Norte.
Tatiana es lamentablemente parte de una seguidilla de femicidios que se cometen en Argentina y que aumentan día a día. La violencia de género y los femicidios son realidades que pesan, no la excepción a la norma. Una pandemia que se encuentra al interior de todos los hogares, de todas las familias y se cierne como forma de opresión sobre todas las mujeres.
El observatorio Ahora Que Sí Nos Ven publicó en las redes que durante 2020 habían ocurrido 162 femicidios en Argentina hasta el 30 de junio, un promedio de 27 femicidios por mes, casi uno por día.