Por Carolina Elwart
Marcos Membribe ya tiene su primer libro: «Palabras de un perro rabioso», con 13 relatos. «Estos cuentos fueron escritos bajo la influencia del alcohol, de la rabia y una demencial forma de libertad», dice en su contratapa.
Sus relatos son crudos. Usa la prosa para convocar a los demonios y desde esa voz gutural dionisíaca narrar situaciones comunes, pero no por eso menos literarias. ¿Y cómo se combina lo literario con lo cotidiano? Con el uso de la lengua, con eso que debe salir y busca grietas oscuras por donde salir. Marcos abrió la herida de la tinta y lo que corre es digno de leerse.
“Dejare de querer mil veces si es necesario”
Voy a esperar largas filas en los supermercados, y voy a escuchar por horas los mismos problemas. Me dedicaré a cortar rosas y a despertarme a las cinco de la mañana para ir a un hospital. Voy a ser capaz de caminar cientos de kilómetros por un mal entendido y de soportar en las peluquerías a todas esas chismosas.
Voy a dejar de fumar, de beber. Y voy procurar marcar las fechas.
De pronto Dormiré en las noches. Y tratare de reír más seguido
Voy a querer quedarme un rato más.
Voy a de dejar de escribir, si, voy a dejar de escribir, también dejare de ser tan odioso.
Voy a llegar cansado del trabajo, y al llegar abrazaré y besaré a alguien en la frente.
Mi más grande talento será el soportar escuchar música, cualquier tipo de música.
Al despertar, voy a recibir un buen día.
Claro, voy a estar consciente cuando todo empiece a perder sentido, y también cuando no lo tenga. Cuando no tenga que esperar en los supermercados, ni en los hospitales, ni caminar, ni cortar rosas.
Entonces voy a fumar unos cuantos cigarros y beberé unas cuantas cervezas.
Seguro ya no podré dormir en las noches, ni reír y me voy a dedicar a escribir de nuevo.
Perderé mi trabajo, si, perderé mi trabajo.
Y ya no voy a abrazar a nadie ni besarle la frente.
Voy a odiar la música, cualquier tipo de música.
Es todo.
IG: @membribem