Por Mayrin Moreno Macías
–¿Cómo hacen para jugar al bingo por la radio?
–Tengo un bolillero, los cartones, pongo la cámara del teléfono y vamos sacando las bolillas, lo mandamos al Facebook y nada… espectacular –dice Luis.
A Luis de Angelis y Karina Crededio se les ocurrió esta idea durante la cuarentena para entretener a la gente de la Villa 25 de Mayo a través de las ondas de radio Fuerte 98.5 FM. Transmiten las 24 horas, hacen programas entre las 9 y las 13 y después colocan música. “Nos traen regalos para los participantes, vinos, cuentos, y un ‘rascabola’ controla los cartones. La gente se engancha, se divierte, la pasamos bomba todos los martes y jueves”, dice Luis.
Este tiempo la radio los salvó anímica y psicológicamente porque no pudieron trabajar más con los títeres. Hacía un año que se habían instalado en la Villa con una radio y debido a la pandemia no pudieron seguir alquilando el estudio, así que los vecinos de la Villa le abrieron un espacio para que no se fueran. María Anahí Epuyao, quien dirige el centro cultural Espacio Inca, hizo los trámites para que les prestaran un lugarcito. “Lo limpiamos, reciclamos los escombros, pusimos puertas y acá estamos. Desde mediados de abril. Estamos muy contentos. La idea del bingo se nos ocurrió para tratar de minimizar las noticias, no decimos cifras, pero sí que hay contagiados, cómo debemos cuidarnos, mantener la distancia, el uso del barbijo, del gel, lavarse las manos, trabajamos con la prevención; también de las escuelas nos mandan audios de las clases y los transmitimos”.
Las voces de esta pareja se han escuchado hace más de 40 años en Alvear, Bahía Blanca y Monte Hermoso en la provincia de Buenos Aires, Dorrego en Mendoza y otros lugares más. Ellos son locutores nacionales, solo que no tenían pensado regresar a la radio porque hace más de 20 años son titiriteros. Pero una piecita prestada, amigos que tenían un cacho de cables, un pedazo de antena, un enchufe, el transmisor chiquitito de Luis y la amistad de la gente de la Villa hicieron que se quedaran. Además todos los domingos en la feria de la Villa, en la plaza Centenario, se presentaban con los títeres.
Fuerte
Gracias a la radio Fuerte 98.5 los visita gente que tenía mucho tiempo sin pisar el Inca. Desde la época de los militares, en el 74, el lugar cerró y quedó abandonado -dice Luis- y ya hace tiempo funciona el Espacio Inca. Por estos días se ha hecho un trabajo de limpieza con un voluntariado, viajeros que quedaron varados, y la gente viene a buscar premios, a visitar. Lo recuerdan con mucho cariño y nostalgia.
Karina comenta que su interés es acompañar a través de la radio para no sentir “ese aislamiento”. “Estamos cada uno dentro de sus cuatro paredes y a través de la radio nos podemos meter, acompañar al que está solo, al que tiene a su familia lejos. Para nosotros también es una gran compañía, la audiencia, la gente que se comunica, que comparte cosas. Hay muchos escritores, músicos, cantantes, pintores, gente que ha acompañado a los músicos acá en la Villa y te cuentan anécdotas, cosas que se hacían, reuniones en las que participaba todo el pueblo. De los comienzos, nos cuentan cómo era antes de que estuviera la ruta, nos dicen que era una huella, un camino, y cómo hacían llegar las cosas para la gente”. Luis agrega: “Acá funcionaba el Patronato. 400 chicos estuvieron albergados, mucha gente trabajó: celadores, cocineros; había lavandería, una caballeriza, trabajaban la huerta…”