Por Gabriela Mattacotta
Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado
de las mujeres alrededor, a un lado, atrás de una,
adelante, guiando el camino, aguantando juntas.
¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas?
¿Qué sería de las mujeres sin las mujeres?
M. Lagarde
Pasaron cinco años desde el primer #NiUnaMenos. Hoy, en aislamiento social preventivo y obligatorio, no dejamos de marchar. Nos ponemos en marcha en cada posteo, en cada vivo, en cada charla virtual, cada vez que un recuerdo nos trae banderas y abrazos sororos.
Aquel 3J instaló el feminismo en las calles y en las casas. Fue un momento de amplitud que dio espacio la reflexión. Hoy nos sostienen las redes. Este 3J nos permitirá cuestionar, profundizar y continuar replanteando las violencias que aún constituyen nuestra sociedad. Nos encuentra posicionadas, firmes, dispuestas, más organizadas y no menos vulnerables en un sistema patriarcal que no descansa…
Según el observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, 1450 mujeres –cis, trans y travestis– fueron asesinadas por un hombre en estos 5 años y 1.587 niñes se quedaron sin madre.
Ocurre 1 femicidio cada 30 horas en nuestro país. Nos matan nuestras parejas o exparejas varones, en las casas donde convivimos con ellos y en las calles que transitamos, inseguras siempre. La mayoría de las veces esas mujeres pidieron ayuda denunciando la situación de violencia. Varias veces, muchas veces… ¡ninguna escuchada!
En esta cuarentena contamos 55 mujeres menos. 55 mujeres muertas a manos de machos que consideran que somos de su propiedad. Y en lo que va del año, son 134 mujeres asesinadas porque creen ellos que tienen derecho sobre nosotras, que les pertenecemos.
Los números no son estadística, expresan la opresión patriarcal. La crueldad de la muerte diaria.
Y nos matan después de históricos procesos de aprendizajes culturales. La producción en serie, casi, de machos violentos deriva en disciplinamiento, control y crímenes de odio, de género. Nos matan por ser mujeres, por jerarquía.
“Mi cuerpo, mi decisión. No se viola, no se golpea, no se mata”, es una de las consignas repetida. Aún hace falta decirlo, gritarlo, escribirlo. No nos alcanza con leyes, ni con más penalizaciones. No nos conformamos con discursos comprometidos… El grito de rabia con fuerza colectiva obliga a los Estados a tomar medidas urgentes. A tomar, de una vez y para siempre, el pedido y hacerlo decisión, política pública, para proteger a las mujeres y niñas, y prevenir las violencias en todos los ámbitos.
Hace 5 años nos emocionamos, nos empoderamos, poniendo el cuerpo en calle, exigiendo respeto por nuestros derechos y por nuestra autonomía. Hoy renovamos el encuentro anhelando el abrazo. Porque #NiUnaMenos es reunión y potencia. #NiUnaMenos es pacto. #NiUnaMenos es una herramienta para no reproducir discursos y silencios. #NiUnaMenos es emblema feminista anticapitalista, antiheteronormativo y antirracista. #NiUnaMenos hace público lo que se intenta mantener en secreto. #NiUnaMenos es grito que rompe el sentido común y nos construye en redes. #NiUnaMenos porque vivas, libres y sin miedo nos queremos. #NiUnaMenos es bandera de necesidad e impotencia…
¡NI UNA MUERTA MÁS, BASTA DE MATARNOS!