Ennio Tucci

Por Yurimia Boscán

 

Las afirmaciones de hoy pertenecen a un duende de imprenta, un personaje de cuentos cuya alma se emula a la planta aquella de los frijoles mágicos, cuya “inmensitud” llegó al cielo una noche luminosa.

Vive entre letras y poesías (propias y ajenas) porque un día decidió seguir una corazonada. Desde entonces, va de las montañas de Mérida a los cardones falconianos, cargando siempre sobre la espalda su Madriguera de sueños. Allí, en ese pequeño taller, labra albos pergaminos que llena de tinta con las palabras de quienes lo convierten en albacea de sus esencias…

Es el Ennio Tucci, un hombre con cara y corazón de niño, cuyos mundos de papel dan cuenta del delicioso aroma de la amistad incondicional por encima de su gran colección de tropiezos y raspones, que sana con las curitas poderosas de la perseverancia.

 

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CREDO DE ENNIO TUCCI

Creo en Aquiles, héroe de Grecia, y en el talón que nos dejó de herencia; en Nazoa, quien escribió la palabra alegría en el nombre de Venezuela, sin cambiar una sola letra.

Creo en el caos creador del mundo, sus bacterias y nuevas formas de vida; en el eros aglutinante, sensorial, de todos los seres, alimentado de palabras y símbolos de lo que somos.

Creo en el cambio constante como la mayor certeza de la vida, y en la crisis transformadora de todos los caminos, guía de los que buscan su ruta, victimaria de los caídos, víctima de las malas lenguas y maestra de los sabios.

Creo en la felicidad como la elección más elevada del ser, la decisión más justa conmigo y con mi prójimo, la aventura más asombrosa, la más dolorosa, la más emocionante.

Creo en la bondad humana, en la buena voluntad, así como creo en la falibilidad para reivindicar mi propia imperfección.

Creo que la gente buena también se equivoca, y la mala gente sólo está desocupada en la vida de los demás. Creo que hay mucha gente desocupada atendiendo las diferencias, acentuando las fronteras, haciendo la guerra y cultivando enemigos para luego tener a quién eliminar.

Creo en el rostro de los niños, en sus verdades, sus intenciones y sus juegos; creo en mis hijas y en la profundidad de su mirada, en la inocencia, como la mejor forma de explorar nuestra humana condición.

Creo en la experiencia, como el acumulado de tropiezos, raspones, huesos rotos y piedras con las que nos topamos más de una vez para volver a levantarnos; y en el dolor, como transformador sustancial de lo que somos.

Creo en la personalidad, como cinturón de seguridad frente al desfile de máscaras.

Creo en la posibilidad del día de hoy y en la esperanza del día siguiente.

Creo en Dios, porque la magia existe y me sorprende todos los días, porque algo hizo palpitar la primera célula.

 

EL AUTOR

Ennio Tucci (Mérida, 1986): Poeta. Licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura por la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Es docente y facilitador de talleres literarios y director-fundador-editor de Ediciones Madriguera, una editorial alternativa/artesanal que promueve a los escritores a través de la autogestión y cogestión.

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