Mi homenaje a Pueblo Diamante, de donde salió la actriz Ana María Lynch

Por Celeste Napoleón

 

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(N° 35 de la serie «Como la common people»)

 

Fui al supermercado después de tres semanas sin salir de casa…

Mi casa no tiene patio, más bien es la mitad de la casa que le heredó mi abuela a mi padre, la otra mitad es de mi tía. Y en esta mitad habitamos 5 adultxs y un niño. Es decir, que en la mitad de donde vivía una persona vivimos 6. Esto hizo que los primeros días de mi estancia acá sintiera mucha angustia y claustrofobia, que por suerte he logrado calmar.

Pero volvamos a lo importante, hoy fui al súper, y caminando en línea recta por mi calle, que es la calle que conduce al súper, el barrio, mi barrio, Pueblo Diamante, me pareció más hermoso. Los viejos con el bolso de compras y el barbijo andando frenéticos en sus bicicletas, las doñas barriendo la vereda y encargándose de sacar las hojas feas del jardín, les niñis mirando por las ventanitas y saludando con su manita o con su sonrisa.

Mis piernas empezaron a sentir un cosquilleo… Sufro mucho de mala circulación, por lo general las piernas se me adormecen muchas veces en el día, es una de las razones de por qué camino tanto. El cosquilleo era desesperante, tuve hasta ganas de meterme las manos por debajo del vestido para rascarme, pero supe que no era buena idea. Seguí caminando y pasó.

En el súper me dispuse a comprar los paquetes de toallitas con la última plata que me queda y un jabón tocador para la jabonera, fantaseé con mil compras más, un culotte hermoso color rosa viejo con líneas gris humo, un cuaderno para escribir, un vestido con flores bordadas, pantuflas, todas cosas que quedaron allí, a la espera de alguien con más poder adquisitivo.

Me fui a la caja y en ese momento una mujer que se sentía acalalorada se sacó el barbijo. Todxs la miraron incómodxs. «JURO QUE NO LO AGUANTO, TENGO MUCHO CALOR». Ahí nomás la señora que estaba delante de mí le dice: «DEBE ESTAR CON MENOPAUSIA». Yo riéndome contesto: «YO NO SÉ, TODAVÍA NO LLEGO». Reímos… Agregó: «¿VIERON EL POSTEO QUE DICE QUE SACARSE EL BARBIJO DESPUÉS DE USARLO EN MEDIO DE UN LUGAR PÚBLICO ES COMO ESTAR TENIENDO RELACIONES SEXUALES Y QUE EL OTRO SE SAQUE EL PRESERVATIVO EN PLENO ACTO? USTED SE HA SACADO EL PRESERVATIVO, SEÑORA». Nos descostillamos de la risa y en eso me llaman de la otra caja habilitada.

Salgo del súper y camino de nuevo por Pringles, observo un gato rebuscándoselas en la basura e imagino un mundo donde morimos los seres humanos y en la ciudad solo quedan lxs perrxs y lxs gatxs, alguna iguana como la Alfonsina y unos pájaros… y lxs felinxs, por ser lxs más autosuficientes e inteligentes, comienzan a dirigir lo que será el comienzo de una nueva sociedad. Baja una nave del espacio con más felinxs y dan por terminado el experimento «humanxs». Unx de ellxs dice: «INTENTAMOS AYUDARLES PERO NO SE DEJARON». Lxs perrxs claman piedad y otra oportunidad para les humanes, y una gata anciana recuerda cómo desde la santa inquisición hasta ahora les han tenido paciencia. Comienzo a encontrarle sentido a esto de los ladridos inexplicables en Pueblo Diamante y el silencio profundo de lxs gatxs.

Qué hermoso es mi barrio.

 

ANA MARÍA LYNCH

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Ana María Martínez, más conocida como Ana María Lynch, fue una actriz que salió de Pueblo Diamante y llegó a actuar en Hollywood. Nació el 13 de diciembre de 1918. Son memorables sus actuaciones en Mi vida por la tuya, junto a Mecha Ortiz y Emma Gramatica; y en La Quintrala, de Hugo del Carril, a quien conoció en 1938 y fue su pareja por muchos años. En 1955 se separaron y Ana María emigró a Hollywood, donde se casó con Hart Bartlett. Allí participó en dos películas dirigidas por su esposo. Falleció en Beverly Hills el 25 de enero de 1976.

Este es mi homenaje para el barrio de donde salió la Ana María Lynch, sin tener hasta el día de hoy ni una calle que la nombre.

 

 

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