“Quién mejor para enseñar a una mujer a manejar que otra mujer”

Por Mayrin Moreno Macías

 

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Nunca es tarde para aprender. Y tampoco para idear e imaginar qué hacer cuando volvamos a ocupar, así sea de a poco, cada espacio de la ciudad después de la cuarentena. Valeria Leyes Merino desea que las sanrafaelinas que tienen un auto parado en la cochera o que nunca se atrevieron a manejar, puedan sacar su licencia de conducir.

Ella ideó un curso de manejo para mujeres. Aunque si algún hombre se anima a que le enseñe, será bienvenido. Las clases tendrán la duración que la persona necesite. Los horarios serán acordados, brindará apoyo teórico y también consejos en casos de imprevistos para actuar con naturalidad.

“Sentarse detrás del volante es toda una experiencia. En mi caso, comencé a practicar con un Chevy. Me lo prestaban cada tanto y con ese salía mientras arreglaba el mío. Pero aun así no salía con frecuencia. Sentía que si bien tenía conocimiento, me faltaba la confianza. Mi mamá Graciela me insistió para que tomara clases de manejo en una academia y por suerte, al cabo de unas pocas semanas y vueltas, la cosa mejoró y el miedo a demorarme en los semáforos pasó”.

–¿Por qué hacer un curso de manejo solo para mujeres?

–En parte porque lo viví, muchas veces no nos tienen suficiente paciencia o la que nosotras necesitamos para poder aprender. Nos cuesta más y estamos muchas veces bajo la presión de que si sos mujer y por ahí te sale algo mal o demorás en salir en la calle, la gente te dice algo… Entonces pensé: “quién mejor para enseñar a una mujer a manejar que otra mujer”. Soy una mujer de mucha paciencia, además que amo manejar. Esa libertad de moverte para todos lados… y hasta de poder viajar sola adonde quieras, no tiene precio.

 

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Mujer paciente y fuerte

Valeria es licenciada en Publicidad. Le costó acostumbrarse a este aislamiento porque siempre anda de aquí para allá: sale y entra de casa muchas veces al día, ama quedarse charlando con los vecinos y almacenes cerca de casa, le encanta visitar a sus amigos y salir a pasear a sus amores (sus tres perritos) a la plaza. De hecho, se conoce casi todos los nombres de los perros del barrio.

El que tiene ahora es su primer auto, un Renault 12 modelo 73 break, color verde. Valeria cuenta que era de su mamá. Estuvo 10 años parado y se lo regaló porque hubo un tiempo que trabajaba lejos de su casa y tenía que tomar un colectivo después de caminar varias cuadras. A esto se sumaban los horarios de la noche. En fin, ambas ahorraron y lo pusieron a punto. Mientras lo reparaban, ella sacó el registro. “Recuerdo bien cuando lo empecé a sacar sola de la cochera. ¡Qué miedo! Tenía que sacarlo marcha atrás  y lo dejaba en el frente de casa. Si bien ya tenía el registro, ahora tenía la emoción de que era mi auto. Le sacaba fotos y se las mandaba a un amigo, Mauricio (quien desde lejos me alentó siempre a manejar) y cuando por fin salí sola con el auto a ponerle nafta, fue inolvidable. Me dio tanto miedo que tuve que poner la radio y cantar o gritar cualquier canción para pasar los nervios.

–¿Te consideras una mujer empoderada? ¿Odias esa palabra o más bien tienes otra definición?

–La verdad no me gusta definirme como una mujer empoderada. Prefiero llamarme fuerte. Estar al volante y que al llegar a la esquina se pare el auto o se te rompa y no saber qué le pasó, te hace sentir miedo, pero ser fuerte es afrontar, y bueno, lo cierto es que el auto va a hacer lo que le indiques y todos nos equivocamos y aprendemos todo el tiempo, y si hoy demoraste más en sacar el auto, ya mañana no costará tanto… De a poco, y siendo constante, se aprende. Roma no se hizo en un día.

Pueden escribirle por Whatsapp o llamarla al 260 4632763 para ponerse de acuerdo.

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