Por Carolina Elwart
Sabíamos que la temporada 2 de la cuarentena llegaría y ya le pusimos la almohada, la garra, la tristeza, la ducha y el alcohol en gel. Sé que ha sido difícil leer, grandes lectores que sigo en las redes mostraron su bloqueo. En cambio, muchos han reflexionado, pensado y a veces escrito. Otros se quedaron quietos, esperando escuchar el ruido del crujir del mundo al moverse tan lentamente. Bajó el nivel de contaminación ambiental, los animales se animaron a salir y a pasear por lugares que hemos creído, egoísta y equivocadamente, nuestros (¡ilusos!).
Un mundo en cuarentena, la letanía del tiempo y, encima, la culpa de tener tiempo, acceso y Netflix pagado. No solo es la culpa de sentirnos parte de un esquema perverso, sino que además mirar series o leer un libro son privilegios por los que también debemos sentir como «culpa». El meme de Ana Frank mirándonos mal porque nos quejamos de pasar la cuarentena en casa con wifi fue el mejor. Parece que todo lo que hacemos está mal: leer, no leer, mirar, no mirar… Lo único que parece estar bien es poner el dedo para señalar.
Perdón por el dramatismo, pero es el fin de la primera temporada. A lo nuestro.
Para ver con las infancias
Quienes me conocen deben haber pensado: ¿qué onda con la Caro que no recomienda nada del estudio Ghilbi? Bueno, lo guardaba para la segunda temporada. Netflix hizo un acuerdo y fue sumando, de a poco, las producciones de este estudio: son una expresión artística que atrapa a grandes y peques. Sus argumentos, sus giros (los plotwist, dirían ahora), los dibujos y los escenarios logran crear películas que muy difícilmente olvidarán. Las clásicas son “Totoro” y “El viaje de Chihiro”, entre otras, pero hoy quiero recomendar «El regreso del gato», una historia que tiene a Haru de protagonista, quien por salvar a un gato de una muerte segura, se verá metida en una aventura en un mundo de gatos que hablan, reinan y no saben mucho de los «no» de Haru. La disfrutarán, se reirán y querrán saber hasta el final qué pasará en la vida de Haru.
Para las adolescencias
En estos momentos me he sentido muy enfrentada a mis propias lecturas. No toda la gente quiere leer sobre temas de pandemia y fin del mundo, hay quienes la están pasando muy mal. Más allá de lo económico (que no es menor y angustia), no toda la gente la lleva de la misma manera. Y si hay algo que hacemos con las adolescencias es imponerles nuestras preocupaciones por sus futuros, como si con el presente no la tuvieran ya compleja. Por eso pienso que estaría muy bueno preguntarles qué tienen ganas de ver por estos días y, a partir de eso, sugerirles algunos clásicos.
Para que no se conformen con “Te los resumo así nomás” (canal de Youtube que les explica las primeras partes, viejas) y digan «Hasta la vista, baby» con el sentimiento que lo dijimos nosotros, tendrán que ver Terminator 1 y Terminator 2, y así constatar que la frase «No todas las segundas partes son buenas» tiene sus excepciones, como la regla “Todas las palabras que terminan con ‘ción’ se esciben con c”, excepto invasión, pretensión, fusión, entre otras.
Así que mi sugerencia es preguntar: ¿qué tienen ganas de ver que no tuvieron tiempo de ver antes?, y ahí, en este tiempo detenido, dos generaciones van a tener que ponerle onda para que eso que sale de la pantalla pueda decirles algo de lo que fueron y de lo que son. Acá algunas recomendaciones:
El señor de los anillos – Harry Potter (sí, al menos una) – El profesional – El silencio de los inocentes – Carrie (la más vieja) – Forrest Gump
Solo apto para no impresionables
Amazon prime nos hizo pedir el mes gratis por una serie que valió la pena: «Hunters», con un elenco excepcional pero que encabezan Al Pacino y Jerrika Hinton. Una ucronía que cuenta cómo un joven judío no practicante sufre una pérdida que lo llevará a conocer un grupo sui generis que está llevando una venganza muy particular: nazis ocultos en las más altas esferas de poder o en sus lugares de anonimato para lograr la «justicia» que no les llegó. Una serie con muy buenos efectos, con unos escenarios muy bien creados que nos hacen fluctuar entre el presente del ’77 y el presente del holocausto nazi, que no fue un solo año.
Y ya que estamos en el tema, y luego de sentir la culpa por la mirada de Ana Frank, recomendaré una excelente novela gráfica que pueden descargar si googlean «Maus». Es la historia del holocausto relatada por un sobreviviente.
Para cerrar, agradezco las lecturas y las sugerencias que me han hecho llegar, como la de «Humans», serie británica que ya está en mi lista de espera; y la miniserie «Utopía», que me dicen es muy controvertida y esta noche comienzo a ver.