101 años: “En el Centro Cultural Argentino suceden cosas lindas”

Por Mayrin Moreno Macías
Fotos: Giorgio Vega, Denis Paladín, Matías Marusevich, Ramiro Rivas

 

barroso
Foto: Ramiro Rivas

 

Todo espacio cultural que se respete tiene un gato guardián. El del Centro Cultural Argentino se llama Barroso. Es sigiloso, educado, muy cariñoso y hasta actúa. Hoy su casa está de aniversario. Cumple 101 años. Quién sabe si en aquella época había un Barroso, lo que sí es seguro es que en 1919 hubo gente que se interesó por el arte y la cultura en San Rafael. Y hoy, un siglo después, aún hay personas que tienen el compromiso, la voluntad y el deseo de abrir una puerta de madera y vidrio cada día en Bernardo de Irigoyen 148.

Carla Andreoni es una de las personas que lleva el timón de este lugar. Ella junto a muchos compañeros no bajan los brazos. Todos coinciden en mantener este espacio para afianzar el vínculo con la comunidad. “Ponemos nuestras ganas, nuestros saberes. Queremos que siga abierto, mejorar el servicio que prestamos a los ciudadanos y a las escuelas, y que pronto vuelva a ser un espacio en el que se puedan realizar eventos artísticos. En el Centro Cultural Argentino suceden cosas lindas”, dice Carla.

–¿Qué nos dice este número?

–101 significa reconocer la importancia del espacio en la historia de San Rafael. Es un esfuerzo de lunes a lunes (a pesar de la cuarentena). Pero hacemos talleres y diversas actividades, y los domingos, aunque permanezca cerrado, venimos para limpiar y ordenar.

Quienes quieran hacerse socios, luego de que pase este aluvión, podrán hacerlo con 20 pesos y 60 de mensualidad. Es una buena inversión: prestan libros, el internet es gratuito, tienen un patio espectacular, hay talleres de tango, acrobacia en tela, lenguaje de señas y preparan los de teatro y danza contemporánea; ofrecen visitas guiadas al Museo Omar Reina, hacen charlas educativas y de divulgación, los sábados se instala la Feria Agroecológica “La Soberana” y próximamente funcionarán de nuevo la hemeroteca y el teatro.

Ah, y se puede jugar con Barroso.

 

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